Capítulo 439

La ciudad se iluminaba gradualmente con luces de neón, pero Violeta, mirando las sombras de las luces desde la ventana del automóvil, solo sentía una opresión pesada en el pecho.

Se giró para mirar a Rafael, que conducía a su lado, y le preguntó en voz baja, “¿Crees que Marisol y Antonio seguiran juntos…?”

Esa vez, Rafael guardó silencio.

Recordaban la noche anterior, cuando habian estado hablando de ellos.

Violeta estaba preocupada por el camino amoroso de su amiga del alma.

Rafael la habia consolado en sus brazos, diciendole que no habria problemas, que por más que discutieran, al final estaba el bebé en camino, que seria el lazo eterno entre ellos.

Pero el niño ya no estaba, su relación…

Violeta no tenía muchos amigos, y Marisol era su amiga intima de más años. Naturalmente, quería que fuera feliz. Pensaba en ella, en cómo estaba tratando de parecer serena en el hospital pero llorando a escondidas, a Violeta le dolia como una punzada en el corazón.

Incluso después de volver a su casa, el ánimo de Violeta seguía alicaido.

“¡Vivi!”

Al entrar, Nono corrió hacia ella, subiendo los escalones de tres en tres.

Violeta se inclinó para abrazarlo, sintiendo su calorcito contra su cuello, lo que la reconfortó bastante. De repente, agradeció al cielo por no haber sido tan cruel con ella como con Marisol.

Con cariño, le alisó su cabello y dijo, “Mi vida, ¿ya cenaste?”

“¡Si, ya comi todo! Nono asintió obedientemente.

Después de llegar al hospital, habían llamado a Lucía para que se asegurara de que Nono cenara, ya que ellos. volverian tarde.

Mientras hablaban, Lucía apareció y dijo, “Señor, señorita, ¡ya están de vuelta! La comida está calentándose en la olla, ustedes aún no han cenado, ¿verdad? ¡Ahora mismo se las sirvo!”

Se levantó Violeta y dijo. “Está bien, te ayudo,”

Nono tenía ganas de seguirlos como si fuera una colita, pero vio a Rafael hacerle una señal con el dedo.

“¿Papi, qué pasa?

Rafael miró hacia la cocina y, con voz baja y paciente, le dijo a su hijo, “Tu Vivi está un poco triste esta noche. Cuando venga, sé bueno y trata de animarla, ¿vale?”

“Vale!” Nono asintió con entusiasmo.

mucho apetito y apenas comió medio plato antes de

el centro de la cama, mientras Rafael,

dormir con nosotros esta

su sorpresa y dijo:

respondió Rafael con una sonrisa.

asegurarse de que no estaba bromeando.

Upitno 499

durmiera con ellos, había sido para encubrir una travesura. Más

que hablaba en serio, echó

el sol saldría por el oeste

como su cuello tocó la almohada, Nono se levantó de nuevo

de que ella pudiera reaccionar, se

convertidas en puños, golpeaban sus hombros con

sus piernas

Rafael, quien simplemente le devolvió una mirada y levantó una

poco tiempo su naricita ya estaba sudorosa. Violeta, preocupada, le pidió que parara. Entonces, el se arrodillo a su lado y, con una voz dulce y melosa,

“¡Claro! Violeta asintió.

comenzó su relato: “Habia una vez un caballo que corría y corría hasta que cayó al mar, ¡y así se convirtió en un caballito de mar! Otro amigo de este caballo, al buscarlo, cayó

está el tercer caballo! Rafael

blanco que para buscar a sus dos amigos desaparecidos, corrió hacia la ciudad. Pero después de ser atropellado por un gran automóvil, ¡se convirtió

no pudo evitar soltar

chiste fuera especialmente gracioso, sino que la voz melosa de Nono, junto con sus exageradas. expresiones, resultaba

acercó y

Respondió Violeta con

afirmación, Nono de inmediato se giró hacia su papá, buscando su aprobación con una mirada orgullosa.

raro en Rafael, pero levantó su mano y acarició con suavidad

entendió lo que los dos

además

gesto descarado era iniciado por él, pero esa vez, Violeta no

obedeció y se cubrió los

y le dio un beso en los labios.

breve, pero quedó el eco de su aliento

ternura.

sus manitas y se

y le dio un besito en

Capitulo 439

sonrojadas y pucheros en su boca, Nono se reia tímido cuando de repente

“…Rafael,

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