Capitulo 442

Violeta estaba segura de que no se había equivocado.

Aunque estaba a una cierta distancia y de perfil, reconoció a Lamberto Navarro, quien estaba discutiendo con un empleado del cementerio.

Estaba vestido muy diferente a su acostumbrada vestimenta casual, era raro en él. Iba de punta en blanco, todo de negro, hasta la camisa y los calcetines que se asomaban eran de ese color, dándole un aire de solemnidad.

Violeta se sorprendió y se acercó para saludar.

Sin embargo, apenas habia avanzado unos pasos cuando de repente vio algo que la detuvo en seco.

Tragó saliva lentamente, sin quitar la vista de Lamberto, o más bien de lo que llevaba en sus brazos: un ramo

de flores.

Las hojas verdes resaltaban los pétalos blancos, con pistilos de un amarillo suave en el centro, y parecía que aún tenían rocio, como si cada flor hubiera sido cuidadosamente seleccionada.

Gladiolos…

La flor favorita de su madre.

Cada vez que Violeta venía a visitar, siempre compraba un ramo en la floristería.

Pero, ¿realmente existen tantas coincidencias en el mundo?

“¡Cómo que no está!” Lamberto estaba visiblemente alterado, preguntando, “¡El mes pasado cuando volvi al país, vine a limpiar la tumba, y ella estaba ahi! Pero ahora he ido y no la encuentro. ¡Tú trabajas aqui, deberías encargarte de esto!”

Había buscado en todo el camino de la montaña y no había rastro de la lápida.

en el extranjero, y cuando llegaba ese día, si no podia regresar, siempre encontraba un lugar para rendir homenaje. Esa vez, cuando decidió no viajar y quedarse en el país, lo primero que hizo fue venir a visitarla, pero ese día

impotente y dijo, “Señor,

y ahora hay otra tumba en su lugar. ¿No saben nada los empleados aquí? ¡Tienes que darme una explicación, o al menos decirme a dónde la han trasladado! Lamberto habló con urgencia y, sintiéndose débil,

rápidamente, ¿Qué tal si espera un momento? Voy a preguntar a mis compañeros y

se

pecho. Al girarse, vio a alguien detrás de él que no

cuenta de que la única razón para estar en un lugar

que continuó mirando su ramo.

“Esta flor…”

pensó que ella estaba curiosa y explicó

preguntó con fingida ignorancia, “La

y aunque los gladiolos. también tienen ese significado

ceño con preocupación, “pero parece que ha habido un error, he venido y no encuentro a la persona…

a los costados y puso sus dedos frios contra las

“Sr. Navarro.”

y luego tomó una decisión, “Creo… que sé donde está la

dicho?” Lamberto la miro

simplemente dijo. ¡Venga conmigo, por favor!”

expresión de confusion, dudaba, pero decidió seguir detrás de

venido, con la mirada periférica

de nerviosismo y de inquietud, como si algo que había

ser revelado.

llegaron de nuevo frente a la lápida, y Violeta se detuvo. Aquí

lo que había estado buscando. La lápida había sido renovada, pero

verdad está aqui!” exclamó Lamberto emocionado.

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