Capítulo 443

Lamberto colocó el ramo de gladiolos en la tumba, sin notar que al lado ya había otro idéntico.

De repente, se percató de algo que había ignorado y levantó la mirada apresuradamente.

Con asombro, se giró hacia Violeta y con una expresión diferente dijo, “Violeta, ¿cómo sabías que ella estaba aquí? ¿Acaso…?”

“Si, ella era mi mama” Violeta asintió, con una voz clara y suave.

Resulta que eres su hija!” exclamó Lamberto, poniéndose de pie de un salto.

“Si..” murmuro Violeta.

Nunca imaginó que el primer amor que Lamberto guardaba en su corazón fuese su propia madre.

El rostro de Lamberto se iluminó con una mezcla de sorpresa y alegría y dijo, “No es de extrañar, desde que te conoci, siempre senti que habia una conexión especial entre nosotros, jasi que eres la hija de Nelina!”

Tras esa revelación, mientras observaba la foto en la lápida, notó el parecido entre madre e hija, casi como si a través de Violeta pudiera ver a la joven que habia conocido hace más de veinte años…

Violeta simplemente sonrio, apretando sus manos con más fuerza.

Después de visitar la tumba, salieron juntos del cementerio. Afuera, los choferes esperaban junto a los autos.

Lamberto ya era conocedor de ese lazo familiar y mostró aún más calidez y afecto hacia ella, la miró con ojos llenos de cariño, y sugirio, “Probablemente lleguemos a la ciudad al atardecer, ¿qué te parece si cenamos juntos?”

Violeta negó con la cabeza, “No, ya tengo planes hoy…”

La verdad era que no tenia ninguna cita, simplemente era una excusa.

“¡Está bien!” Lamberto aceptó sin insistir, y tras una sonrisa de despedida, se marchó.

Como siempre, Violeta observó cómo el chófer abría respetuosamente la puerta del coche y Lamberto se subió en él, desapareciendo poco a poco de su vista. Sin embargo, esa vez, sus emociones eran distintas.

Pablo, al verla inmovil, no pudo evitar decirle, “Violeta, ¿subimos al auto?”

sobresalto, asintiendo

Rafael aparcaba el auto y

con una sonrisa.

ha

al hijo que veia dibujos animados en el sofá y preguntó, “¿Vivi está en

el jovencito queria alitas de pollo,” respondió Lucía con una sonrisa.

“Mhm,” asintió Rafael.

y se dirigió a la cocina sin pasar por el

de cocina zumbaba, ocultando el sonido de sus pasos.

un mechón de cabello caido, mostrando la

sus

ensimismada y no notó su llegada hasta que él habló, “¿En qué piensas? La

giró hacia él, y sin querer, el movimiento lanzó el cucharón caliente contra la mano de

Capitulo 443

exclamó al

callente por el aceite, y el contacto con ello

el ceño y siseó, luego inhaló aire fríamente y movió sus dedos lastimados, “Intentas asesinar a tu marido

su mano y dijo, “¿Estás bien?

reaccionó rápido y solo se había enrojecido un par de dedos, no le

cerró la llave que estaba al lado y colocó su mano bajo

lavara la herida.

quemadura y le preguntó

Rafael esbozó una pequeña sonrisa.

“¿Cómo te acercaste de

levantó una ceja,

un impulso instintivo tomó su dedo en la

a jugar con la punta de su lengua…

Violeta, con la cara roja.

miró con una expresión ambigua

qué me miras así…?”

sus labios rozando su oreja

comprendió a lo que se refería y su

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