Capítulo 471

Las escaleras apenas emilian el sonido de los pasos de Nono, que resonaban como un “tac tac tac”.

Rafael adivinó que su hijo venia a llamarlos a comer. Cerró su laptop y la dejó a un lado, levantó a Violeta del sofá y le acomodo un mechón de cabello detrás de la oreja. “Parece que la comida está lista, no te preocupes tanto, bajemos a comer!”

Violeta asintió suavemente y lo siguió fuera de la habitación.

El corredor estaba apenas iluminado por la luz del atardecer, que teñía su rostro y su cuello de un color rosado.

Sin embargo, las manos que colgaban a ambos lados de su cuerpo estaban tensamente encogidas y en sus ojos y cejas se podia percibir una indecisión incontable e interminable. Sus labios se cerraron en una linea recta, como si luchara internamente con algo.

Finalmente, como si hubiera tomado una decisión, Violeta se detuvo y miró hacia los anchos hombros de Rafael, “Rafael, hay algo que quiero decirte”.

“¿Qué pasa?” Rafael se giró, confundido.

Las manos de Violela se soltaron y le explicó lentamente, “He decidido ofrecerle un pedazo de mi higado”.

Ambos eran más que enamorados, eran compañeros destinados a pasar toda una vida juntos. Por lo tanto, cualquier decisión que ella tomara, también debia compartirla con él.

Al día siguiente, un Range Rover blanco se detuvo frente al gran edificio del hospital.

Violeta se desabrocho el cinturón de seguridad y miro hacia Rafael, quien hizo lo mismo.

La noche anterior, después de que ella tomó su decisión, él no dijo nada, solo mencionó antes de dormir que la acompañaria al hospital al día siguiente

Violeta mordió su labio, dudando en preguntarle, “Rafael, ¿vas a detenerme?”

Rafael soltó una risita, agarro suavemente su nuca con su mano y la atrajo hacia si, besando su frente, “Apoyaré cualquier decisión que

tomes.

se lleno de

resultados de la prueba de patemidad, nunca había pensado en

haberse desentendido, pero al ver a Lamberto tan débil en la cama del hospital, tuvo que admitir que los

Si no lo hacia, temia arrepentirse por el resto de su vida. Rafael, claramente, compartia este sentimiento.

menor. Extraer parte del higado es peligroso y, aunque sonara alarmista, podia poner en riesgo su salud. Como la persona con la que pasaría el resto de su vida, incluso si se oponía, seria natural y

estaba sumido en un aire de

y Bianca, madre e hija, estaban paradas una al lado de la otra, con el médico tratante mostrando

habia estado yendo y viniendo del hospital durante dos días, y se veia cada vez mas demacrada. Preguntó preocupada, “Doctor, mi papa solo despertó un pequeño momento

podrá mejorar mi esposo?” Melisa, igual de demacrada, le preguntó después

le dijo con el ceño fruncido, Señoras, debo advertirles que la situación es muy grave. Aunque esta en la unidad de cuidados intensivos y se está medicando, la condición del paciente no mejora y parece estar

contacto con varios hospitales, pero no ha habido buenas noticias. Si en los próximos tres días no encontramos uno, el paciente estará en gran peligro. Preparense mentalmente, si surge algún problema antes de

termino la frase, pero el

su hija. Madre e hija se miran con

e hija, sino que casi toda la familia habia ido a hacerse pruebas, y ninguno era compatible. Habian buscado por todos los medios posibles, incluso en el mercado negro, pero no habian encontrado un higado

la posibilidad de perder a su padre, se demumbo y dijo, “Mama, qué vamos a hacer! Si no encontramos un higado

hombre alto y robusto

primera en verlo y,

papá?” Bianca soltó a Melisa y se acercó a él en unos pocos pasos, con los ojos llorosos, mostrando su vulnerabilidad, “Su estado sigue siendo

el rostro inexpresivo, parecia no tener la más minima intención de

en él cuando

donarle mi higado!”

ligeramente, revelando a la persona que estaba detrás

Incluido el

Alonso?’ Bianca exclamó sin pensar.

que rápidamente lo cambió al modo en que solia llamarla, “Violeta, estamos en un hospital, mi papá todavia está inconsciente en la UCI, y tanto el doctor como mi mamá y yo estamos preocupados por su salud Espero que

y le dijo claramente, palabra por palabra, “Bianca, no estoy bromeando, acabo de

que a otra cosa, le dijo Melisa con veneno en su

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