Capítulo 626

Marisol no tenia otra opción, asi que con valentia entró y se aclaró la garganta incómodamente, “Ejem, no tenía nada que hacer después del trabajo y pasé a verte, ¿te has portado bien hoy?”

“Si! Si no me crees, pregúntale al doctor, respondió el pequeño niño con una sonrisa.

Antonio, que había venido a entregar medicamentos, sacó un boligrafo del bolsillo de su bata blanca y estaba escribiendo las instrucciones de uso y precauciones en la bolsa de medicamentos sobre la mesita de noche.

Al oir eso, levantó la vista hacia ella, deteniendo sus movimientos

Cuando sus miradas se encontraron, Marisol tragó saliva nerviosamente y rápidamente desvió la mirada.

“Marisol, justo que estás aquí, ¿podrías hacerme un favor? La abuelita preguntó con cierta vergüenza, Tengo que llevar algo a casa y volveré en una hora. ¿Podrías quedarte aquí a acompañar al niño?”

Marisol aceptó sin pensarlo, “Por supuesto que puedo, abuelita, no te preocupes, ¡no tengo ningún plan!”

“¡Muchas gracias!” La abuelita expresó su agradecimiento con entusiasmo.

Después de que la anciana se fue con pasos tambaleantes, el pequeño niño comió un poco de las empanadillas que Marisolle daba y agarró su mano suavemente, “Hermana Marisol, quiero salir a caminar un poco, jes tan aburrido estar en la habitación todo el dia!”

“Claro, termina tus empanadillas y te llevaré a dar una vuelta por abajo.”

El niño sonrió mostrando sus pequeños colmillos y miró al hombre que acababa de guardar el boligrafo en su bolsillo, con una voz llena de esperanza, “Doctor, podrias acompañarme?”

Marisol apretó inconscientemente la cuchara en su mano, esperando que el rechazara la invitación en el próximo segundo, pero lo que escuchó fue su voz grave diciendo dos palabras.

“Si.”

el jardin del hospital, agarrado de la mano izquierda de Marisol y de la derecha de Antonio, con el sol

tres.

¡Qué tonteria!

la cabeza, intentando alejar ese horrible pensamiento.

con una pelota en el pequeño jardin, y el niño corrió alegremente hacia ellos,

él, con las manos en los bolsillos de su bata blanca, no

un lado,

pleno dia, y con tantos niños alrededor, seguramente no se atrevería a hacer

voz profunda

la tarde en que ella apareció con una expresión ansiosa. Tal vez, como médico, tenía el instinto profesional de salvar vidas y ayudar a los heridos, mientras que para ella, el encuentro con esa abuela y su nieto podria haber sido solo una coincidencia

además…” Marisol se detuvo, y también miró al

miró de

“Cuando tenía su edad, mis padres de repente me dejaron, y me quedé

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habría sentido si hubiera estado enferma como él cuando era niña. ¡Así que realmente queria que

podia sentir la tristeza en voz, como una mano

manzana de Adán de Antonio se movio ligeramente, una

hablar, Marisol se sorprendió a si misma; aparte de sus mejores amigas Violeta y Yamila, rara vez mencionaba el asunto de sus padres a otras personas. Incluso si alguien preguntaba, solo respondia brevemente y nunca habia iniciado una conversación asi voluntariamente, y ahora le habis contado a ese imbécil….

bata blanca, y la persona al otro

y

sin saber qué problemas urgentes lo acosaban, y por poco choca con alguien en su

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