Capítulo 668

Marisol se despertó de golpe, dándose cuenta de que había contestado el teléfono de Antonio.

Viendo que nadie le no respondía, la dulce voz femenina seguía llamando a Antonio sin cesar. Con un temblor en la mano, Marisol no tuvo más remedio que colgar la llamada.

En ese momento, el ruido del agua en el baño cesó y la puerta se abrió. Antonio salió envuelto en su toalla, con el cabello corto sin secar, goteando agua sin parar, y los contornos musculares de su pecho se movían sutilmente con cada paso que daba.

Marisol se quedó deslumbrada por la escena durante un par de segundos, y luego, rascándose la cabeza, le extendió el teléfono con torpeza: “Antonio, lo siento mucho. Estaba medio dormida y contesté tu llamada por error…”

Al oír esto, Antonio extendió la mano para tomar su teléfono.

Revisó el registro de llamadas y, justo cuando estaba a punto de devolver la llamada, su teléfono volvió a vibrar. Tal vez el sonido del móvil era demasiado alto, porque Marisol volvió a oir esa voz melosa llamándolo.

“Mmm,” le dijo Antonio, caminando hacia la ventana de espaldas a ella.

Esa mujer parecía estar preguntándole sobre la llamada anterior. Marisol vio cómo Antonio se giraba para mirarla y con una sonrisa pícara, le comentó: “Justo ahora me quedé dormido y colgué sin querer.”

Marisol apretó los dientes y silenciosamente le lanzó un puñetazo al aire.

Los lunes siempre están llenos de interminables reuniones en el canal de televisión. Marisol, con la lista de tareas de entrevistas para la semana que acababan de repartir en su mano, se dejó caer sin fuerzas sobre su escritorio.

Gisela, que acababa de terminar de fotocopiar unos documentos, se sentó a su lado y le preguntó: “Marisol, esta noche estrenan una nueva película animada de Disney. Ya hablé con la jefa de enfermeras para llevar a Nina, y sé que a ti también te encantan. ¿Quieres venir con nosotras? ¡Nina sigue preguntando por ti!”

Al mencionar a la pequeña Nina, los ojos de Marisol se llenaron de cariño.

Aunque Gisela tuvo a su hija sin estar casada y la crio sola, educó a Nina para que fuera muy sensata, además de adorable y dulce. Marisol sonrió y le preguntó: “¿Cómo ha estado Nina últimamente?”

algo pasó rápidamente por sus ojos, y

edad, luchando contra su enfermedad y sin poder vivir como una niña normal, pasando sus días en el

fortaleza de Gisela para enfrentarse a tantas

teléfono móvil y la apuró: “Marisol, ¿vienes esta noche? Estoy por comprar los

labio y negó con la

que no tenías planes

tenía nada que hacer. Había oído la llamada de Antonio esa mañana y probablemente solo pediría comida a domicilio o prepararía algo rápido en casa. Aunque la idea de ir a cenar y ver

para recoger a su hija, y Marisol postergó su salida hasta que casi no

edificio de oficinas, se sorprendió al ver el coche de Antonio estacionado en la acera. Sus

el frente del coche, fumando tranquilamente con una mano en el bolsillo, su cuerpo estaba ligeramente inclinado, proyectando una imagen aún más desenfadada. El atardecer bañaba su rostro anguloso y atractivo, y a pesar

a él, preguntándole con

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Capítulo 668

recoger a mi esposa,” le dijo Antonio,

humo blanco que flotaba en el aire, su corazón se contrajo por un momento, pero casi de

una cena gratis, Antonio abrió

vacilante abrió la boca para decirle algo, pero él simplemente la empujó adentro

mano.

una hora de viaje, entraron en un camino privado y tranquilo. Los edificios a su alrededor parecían muy especiales, especialmente porque había guardias de seguridad en

diablos me estás llevando a

Marisol se sobresaltó al oír

se volvía aún más intensa. Antes de que pudiera calmarse, ya habían llegado frente a una gran villa de tres pisos, y para su sorpresa, los guardias estaban armados con

el asiento del copiloto pudo ver claramente cómo los guardias los saludaban con un saludo militar

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