El bebé Alejandro

Entonces nos iremos ya, Renzo fue un placer trabajar contigo éste par de días, te veo el lunes en la oficina, se atravezaba el fin de semana, Camill no trabajaba ni sábado no domingo 

Muero por llegar a casa, el bebé se siente mejor allá donde tiene su espacio, comento Cristóbal a su esposa, si no fueras tan Celoso y el bebé tan apegado al seno materno, no estarían aquí complicados! haber si me dan más espacio para trabajar! Espacio de que hablas? en tus sueños mujercita, dónde tu vayas iremos nosotros, no le daremos oportunidad a ningún roba esposas de llevarte 

Camill rodó los ojos, éste hombre controlador que desposé, soy alguna clase de masoquista creo yo por qué le amo, amo su manera de tomarme, de tocarme al hacer el amor, sus besos y todosnlosnte amo que me susurra al oído, su manera de amarme y su manera de amar de nuestro hijo es muy intensa 

privado de Cristóbal era muy cómodo, ella había estado corriendo de un lado a otro

mañana se estaba terminando de vestir en su habitación, cuándo salió lo primero que hizo fue ir al

podían escuchar sus balbuceos y risas, ese día había amanecido de muy buen humor, el padre lo vió parásito en su cuna tomado de los barrotes

tal como los padres, los bracitos y piernitas regordetas lo hacían ver adorable, el niño apenas lo miró le sonrió, Rodrigo lo traía con él paseando

es el bebé del abuelo? el frío e insensible Armando Mendoza chiqueaba a su nietecito, supo que era sin dudas hijo de Rodrigo por qué era indetico a él cuándo estaba pequeño, Alejandro era la copia exacta de su padre, el abuelo lo sostuvo unos momentos, el travieso bebé

su hijo, un bebé Mendoza debía tener solo lo mejor de lo mejor al igual que lo tuvo él, le compró todo un clóset de costosa ropa de marca, para medirle los zapatos fue un caos, a Alejandro no le gustaba medirse los zapatos en cambio si le gustaba medirse las galas, a Rodrigo se le

medirse todas 

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