Me causará un infarto

Era una sábado con un clima muy agradable, los rayos del sol entraba por las ventanas de la mansión Mendoza, había regresado de las compras con su hijos Alejandro se sentía tan cómodo en los brazos de su padre que no quería que nadie más lo alzará, definitivamente su vida cambiaría a partir de ese día, tendría todo los lujos a manos llenas, el amor de su padre y una educación digna de un millonario heredero, pero lo que tal vez no tendría era el amor sincero de una madre 

Silvia los vió llegar a la manşión, los guardaespaldas cargaban bolsas tras bolsas de ropa juguetes y zapatos para el pequeño heredero, antes de regresar a la casa Rodrigo paso por un laboratorio de su confianza a practicarle una prueba de ADN a su hijo, no era que dudará que fuera suyo, su instinto no podía estar equivocado, era que necesitaba esa prueba para ponerle su apellido y calmar a los dos grandes poderosos de la casa, a su padre y a su abuelo, ellos debían estar cien por siento seguros de que Alejandro fuera realmente hijo del CEO Rodrigo, después de todo le heredarian el legado que por más de un siglo la familia Mendoza había logrado Camill y Cristóbal estaban teniendo una comida agradable en el comedor principal de la casa, el pequeño Cristóbal estaba en su habitación, su niñera estaba comiendo en el jardín con los demás empleados, los padres tenían un aparatito encendido para escuchar si despertaba o lloraba, todo estaba muy tranquilo ese día 

Un llanto fuerte proveniente de la habitación del bebé Cristóbal los asustó, el bebé lloraba con dolor, como si alguien le hubiera golpeado, Cristóbal volteó a ver a Camill quien estaba clavada en su silla y salió corriendo a todo lo que le daban sus largas piernas, necesitaba saber que le pasaba a su hijo y ponerlo a salvo, apenas entró a la habitación el llanto era imparable a todo pulmón 

si tenía algo encima o algún animal que lo había picado, se hacía miles de ideas en la mente, al principio por los nervios y la preocupación no lo pudo ver, pero

pequeño Cristóbal tenía una de sus manitas en su cabeza jalando un buen mechón de su abundante cabello, al querer moverla se jalaba más fuerte y más lloraba, no sabía soltarse y apuñaba

y juntos hacían el rescate para no lastimarlo, una vez que lo soltaron Cristóbal lo alzó en

CEO mientras paseaba al bebé de aquí para allá para que se calmara, el pequeño Cristóbal ya no lloraba tanto pero de repente se acordaba y

un suspiro, en Estados Unidos por poco y se me asfixia y aquí casi se arranca la cabeza, no me da un momento de tranquilidad! no podremos quitarle los ojos de encima en no sé cuánto tiempo! Si quieres lo cambiamos por otro niño o podemos regalarlo a otro matrimonio? así puedes hacerte la vasectomía y no volver a tener otro hijo que resulte ser un pequeño demonio igual que tú! dijo la madre

de mis ojos! mi bebé es perfecto, el mejor, el más inteligente, tiene sangre Altamirano en cada partecita de su cuerpo, no quiero cambiarlo por otrò bebé! ninguno es como él,

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