—¡Señor Casas!

Con la espada en la mano, Leviatán se apresuró a bloquear a la marioneta zombi.

Mirando al títere zombi, que aparentemente estaba ileso incluso después de ser atravesado por su espada, Jaime frunció las cejas.

—Esto es ridículo —murmuró Jaime. Entrecerrando los ojos, se elevó en el aire.

Pronto, Jaime volvió a aparecer frente a la misma marioneta zombi.

¡Swoosh!

Jaime levantó la Espada Asesina de Dragones y la blandió con fuerza. De la Espada Asesina de Dragones brotó una energía espeluznante. En un instante, la espada cortó uno de los brazos de la marioneta zombi y el miembro cortado salió volando. Sin embargo, no había rastro de sangre en el lugar donde se había cortado el brazo.

Incluso después de perder un brazo, la marioneta zombi ni siquiera parpadeó mientras se lanzaba hacia Jaime.

La energía marcial se dirigió a Jaime. Éste maldijo en su mente y retrocedió al instante para evitar el ataque.

¡Boom!

sonidos de explosiones mientras aparecían muchos cráteres frente a

tenía en la boca antes de volver a mirar a la marioneta zombi—. Esto es demasiado

que Jaime pudiera siquiera respirar, la marioneta zombi se abalanzó

también cargaron hacia él. Su objetivo era Jaime, por lo que Los Cuatro Villanos intentaban bloquearlos para que no fueran por Jaime. Aun así, las marionetas zombis se abalanzaban

ver que las marionetas zombi cargaban hacia él.

Asesino de Dragones, la blandió hacia delante mientras extendía la

energía espiritual fuerte y espeluznante impulsó las llamas de la Espada del Asesino

el fuego ardió con furia. En un abrir y cerrar de ojos, las marionetas zombis

estaban en llamas, Jaime respiró aliviado. Aunque las marionetas no

justo cuando Jaime dejó escapar un suspiro de alivio, vio que dos marionetas

no mostraba

—¡Maldita sea!

pero las

Casas! ¡Así no podrán ser controlados! —gritó Orlando

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