El despertar del Dragón

Mientras tanto, en la Aldea de los Villanos, Jaime se dirigió al instante a Ciudad de Jade tras derrotar a las marionetas zombis. Independientemente de si tuviese éxito o no, iba a intentarlo. Aunque Jaime no se atrevía a tener grandes esperanzas, tenía que hacer algo. No estaba dispuesto a ver a Josefina sufriendo.

Al mismo tiempo, en la Alianza de Guerreros, Sion tenía los ojos cerrados mientras su expresión se tornaba grave.

Entre las siete marionetas zombis, cuatro eran marqueses de artes marciales. Sin embargo, no fueron capaces de matar a Jaime.

—Car*jo. ¿No pueden esperar a que Jaime esté solo y hacer sus movimientos contra él? ¿Por qué demonios fueron a la Villa de los Villanos? Menuda bola de idiotas —regañó Sion. Sin embargo, no podía hacer nada al respecto, pues las marionetas zombis eran incapaces de pensar. No podían pensar en eso.

Los pocos ancianos que estaban junto a Sion no se atrevieron a hablar.

—No se queden ahí. ¡Piérdanse! Todos ustedes son basura —Sion rugió.

de Marqués de las Artes Marciales, estos ancianos ya

hablar. Con la cabeza agachada, se escabulleron al instante. El jefe de los ancianos resopló airadamente mientras salían por las puertas

de Guerreros! ¿Cómo se atreve a tratarnos así? —se burló con sorna el Gran Anciano, claramente descontento con la

de Jaime, aunque unamos nuestras fuerzas —respondió

aterrador. Incluso me dijo que pasara un mensaje al presidente Zapata de que irrumpiría solo en la Alianza de Guerreros. —La voz temblorosa del Tercer Anciano sonó al recordar su encuentro con

que es invencible después de matar

terminó su frase, los tres ancianos se congelaron al ver que Jaime se acercaba a ellos. Empezaron a respirar. Incluso el

fijó en los tres ancianos, pero decidió ignorarlos. En su lugar, pasó por delante de

eran una amenaza

miradas sin saber qué hacer. El Segundo Anciano estaba a punto de hablar y detener a Jaime, pero el

Anciano, Jaime se va a la Alianza de los Guerreros