El despertar del Dragón

—Ten cuidado, Sion —advirtieron con frialdad los miembros de alto rango a Sion—. No dudaremos en instaurar un nuevo líder para la Alianza de Guerreros si no puedes manejar este asunto.

Después de hablar, abandonaron la Alianza de Guerreros en un instante.

Contemplando la sala vacía, Sion apretó los dientes y los puños.

—Parece que debes morir, Jaime.

Un destello de frialdad cruzó sus ojos cuando hizo la proclamación.

El señor Salazar había comenzado a vivir en el Departamento de Justicia últimamente. Esta acción suya informó a Teodoro de que el mundo de las artes marciales en Ciudad de Jade estaba destinado a vivir tiempos difíciles.

—Señor Salazar, según los informes de los distintos departamentos de Villa Monarca, hay un hombre de negro absorbiendo la esencia de los artistas marciales de toda Villa Monarca. Ni siquiera los Grandes Maestros de las Artes Marciales se han librado. El miedo a este misterioso hombre gobierna ahora el mundo de las artes marciales en Villa Monarca.

Como capitán del Departamento de Fuerzas del Orden, Javier tenía una mirada sombría mientras informaba del asunto al señor Salazar.

Teodoro, que escuchaba desde un lado, se quedó con la boca abierta ante la noticia. El hombre de negro debía ser formidable si guerreros tan poderosos tenían su esencia absorbida.

detrás de esto?

negó con

de antaño. Han pasado muchos años desde que ocurrió algo así en el mundo de las artes marciales, y no puedo creer que todavía haya Cultivadores Demoníacos que sean tan

estaba enfadado, ya que la ocurrencia de tales viles sucesos reflejaba mal al

lugar, se sumió en el silencio y sólo volvió a hablar después de

en mayor alerta. Este incidente sólo aumentará en frecuencia en los próximos días. Lo que

señor

Salazar habría montado en cólera e incluso se habría ocupado

ninguna inclinación a asumirlo. A pesar de ello, no se atrevieron a preguntar. En

se encontraba en la cima del Monte Quaye, a miles de kilómetros de la Ciudad de Jade. El mentor

todos los huesos dos meses antes, Edgar no había bajado de la montaña ni una sola

momento, tumbado en la cama y envuelto por completo con gasas. A pesar de los dos meses transcurridos,

Demián había pensado en todo lo que podía,

el rango de marqués de las artes marciales estaba descartado. Su problema más acuciante ahora mismo era conseguir que