—Todavía hay un lugar con ruinas antiguas en la Isla del Dragón. La familia Duval ha sido muy generosa al elegir celebrar el Juicio en ese lugar. ¡Es una oportunidad única en la vida! ¿No quieres ir allí y echar un vistazo? Recuerdo que hay algo que te has perdido en la isla —afirmó el señor Salazar con una leve sonrisa.

Jaime se quedó callado. Eso era porque la isla le traía demasiados recuerdos.

Además, René seguía congelada en el hielo de la Isla del Dragón. Cuando Jaime había ido a la isla con Saulo, había intentado buscarla después de que recuperaran el Dragón de Llamas y la esencia dracónica. Sin embargo, no logró encontrarla.

El entorno de la isla había cambiado, por lo que no pudo localizarla. No obstante, nunca se olvidó de ella y pensaba constantemente en encontrar una oportunidad para rescatarla.

Tras unos minutos de silencio, Jaime respondió con los dientes apretados:

—De acuerdo, acepto participar en la Prueba.

«También puedo aprovechar esta oportunidad para ir a la isla y ver si puedo encontrar a René o no».

—Ya que has aceptado, sígueme —dicho esto, el Señor Salazar extendió una mano hacia Jaime—. Dame el Alma Naciente. La mantendré a salvo para ti.

Jaime juntó las manos con fuerza frente a su pecho antes de negar con la cabeza. El Alma Naciente era como un tesoro precioso para Jaime, así que no había manera de que se la entregara a otra persona así nada más.

el señor

Pero no te arrepientas

arrepentiré —respondió Jaime

grupo volvió a Ciudad de Jade. El tiempo pasó demasiado rápido y en un abrir y cerrar de ojos habían pasado dos

de Ciudad de Jade. Había mucha más gente

a los elegidos por las familias de artes marciales que también eran miembros de la asociación de artes marciales. Por aquel entonces, Saulo y Heliodoro habían conseguido ganar algo de experiencia allí gracias a sus conexiones con Sion. Sin embargo, no consiguieron recuperar el tesoro

cosas eran diferentes. Todas las familias de artes marciales podían seleccionar a quien quisieran para participar en el evento con la condición de que fuera al menos un Gran Maestro de Artes Marciales.

entonces cuando Jaime se dio cuenta de que en realidad había muchos talentos entre la generación más joven. Sólo que muchos de ellos evitan mostrarse en público. En cuanto a

su alrededor y ver si había

—¡Jaime!

tres personas de

ya un marqués de las artes marciales.

trío, pero descubrió que no conocía a ninguno de ellos. Por ello, se dirigió al líder del grupo

—¿Me conoces?

Eres tan famoso que pocos en el mundo de las artes marciales

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