El despertar del Dragón

—Jaime, este Felipe es el simpático más entusiasta de Astrid. Supongo que está celoso después de que los haya visto antes tomados de la mano durante tanto tiempo —le dijo Heliodoro a Jaime mientras mostraba una sonrisa de satisfacción.

Jaime sonrió resignado.

—Ser un simpático nunca acaba bien. Él…

Sin embargo, antes de que pudiera terminar la frase, sintió una ráfaga detrás de él.

Aprovechando el momento en el que Jaime estaba distraído, Felipe apretó los puños y lanzó un poderoso puñetazo cargado de una fuerte aura contra Jaime. Felipe actuó como si existiera un profundo rencor entre él y Jaime.

Jaime parecía impasible mientras se giraba apresurado para esquivar el ataque.

La expresión del rostro de Felipe se ensombreció al notar la mirada amenazante de Jaime.

«No le he hecho nada malo, y sin embargo intenta matarme. ¿En verdad piensa que soy una persona fácil de convencer a la que puede intimidar a su antojo?».

Pronto, unas luces doradas cubrieron el cuerpo de Jaime y encajaron sus puños.

Astrid había querido detener la pelea arrastrando a Felipe, pero se detuvo al ver que Jaime hacía un movimiento. Quería ver si las habilidades de Jaime eran en realidad tan increíbles como las describían los demás.

molestó en detenerlos mientras observaban con curiosidad y emoción. Inesperadamente, Felipe,

sin recurrir a ningún movimiento extravagante, balanceando

¡Boom!

seguido de un súbito y fuerte soplo de viento al

salió volando hacia atrás, y habría salido volando de la plaza si no fuera porque la horda de espectadores le

otro lado, Jaime permaneció clavado en su sitio mientras mostraba

exasperado, pero ya no podía levantar el brazo derecho porque

no quería parecer demasiado patético delante de

ajustaré cuentas contigo —Felipe señaló a Jaime con tono amenazador—. Te mataré si me entero de que

eso, se giró para mirar

Encontraré a alguien que acabe con su vida. Me

momento, la frente de Felipe se cubrió de sudor frío, y se vio obligado a

Felipe giraba sobre sus talones

que puedes largarte como quieras

¿Qué más piensas

la vuelta y

los demás lo que quieras que te hagan a ti. Cualquiera que se atreva a ofenderme pagará el precio con su

una intensa intención maliciosa saturó el aire a su alrededor, haciendo que