El despertar del Dragón

Edgar no sabía qué había más allá del rango de Santo de las Artes Marciales. Sin embargo, de lo que se dio cuenta fue de que el espíritu que llevaba dentro definitivamente conocía muchos secretos del mundo de las artes marciales.

—¿Seré invencible si alcanzo el nivel de cultivo de Santo de las Artes Marciales? Para entonces, ¿podré reconstruirte un cuerpo mortal y resucitarte para que tu espíritu no tenga que permanecer más dentro de mi cuerpo? —Preguntó Edgar.

Edgar quería saber cuándo el espíritu que llevaba dentro podría abandonar su cuerpo.

No quería estar bajo el control de otra persona cuando hubiera ganado suficiente poder.

—¡Jajaja! Todo lo que sabes ahora es sólo una pequeña fracción del panorama general. El Santo de las Artes Marciales es una leyenda en esta era. Sin embargo, no significaba nada en los milenios pasados, ya que había niveles de cultivo superiores al rango de Santo de las Artes Marciales. Es inútil incluso si te digo más ahora. Sólo tienes que digerir el poder que has absorbido y convertirte en un Marqués de Artes Marciales de alto nivel lo antes posible. Puede que nunca volvamos a esa época... —dijo el espíritu.

La antigua voz se hizo más débil mientras el tono se volvía más triste. Era como si el espíritu hubiera pensado en algo que no quería recordar.

Mientras tanto, Sion, que había estado de pie junto a la costa todo este tiempo, frunció las cejas con fuerza.

Su vista no había abandonado la superficie del mar mientras seguía esperando ver el cadáver de Jaime. Sin embargo, había pasado mucho tiempo. Si Jaime estuviera muerto, su cadáver saldría a flote. Justo entonces, Edgar se acercó y preguntó a Sion:

preocupa que Jaime

Sion asintió como respuesta.

he

sido devorado por una bestia demoníaca.

dio la vuelta y miró

poder de tanta gente, ¿y ya estás tan

sorprendido. Pero

he puesto los dedos sobre nadie de las sectas prominentes de

grandes sectas. Si no, le sería difícil dar una explicación. La muerte era inevitable en una prueba, pero si los miembros de las

que te controles. No todos son tontos. Me temo que alguien ya tiene los ojos

Zapata. Sé lo que hay que hacer —Edgar

En cambio, volvió a mirar la superficie

de la Isla del Dragón. Al fin

mataron bestias demoníacas y