Heliodoro miró a Astrid. Estaba confundido sobre la razón por la que ella decía eso. Después de todo, su poder actual era insondable e inmenso también.

Al ver que Heliodoro no entendía en absoluto lo que quería decir, Astrid dejó de hablar. Dio unos pasos rápidos hacia adelante y puso algo de distancia entre ella y Heliodoro.

—Señorita Gabaldón…

Heliodoro corrió en su persecución. Independientemente de lo que quisiera decir Astrid, era genial que ella hablara para recordárselo. De ahí que quisiera acercarse a ella. De esta manera, tendría a alguien que lo cuidara durante la prueba.

Además, Astrid era técnicamente una diosa en el corazón de Heliodoro. Por lo tanto, siempre era bueno que pudiera estar cerca de su diosa.

—¿Qué pasa? —preguntó Astrid mientras se daba la vuelta para mirar a Heliodoro.

—Señorita Gabaldón, gracias por su preocupación y recordatorio. Sin embargo, si hay una oportunidad, seguiré pensando en matar a Edgar —agradeció Heliodoro a Astrid con una expresión de agradecimiento.

—No tienes que darme las gracias. No estoy preocupada por ti. Es que no quiero que la fuerza de Edgar crezca demasiado rápido. Si insistes en matarlo, no tengo nada que decir al respecto. Edgar de seguro aceptará la carne entregada directo a su boca.

ya no prestó

tanto, Heliodoro se

el aumento de

hecho de que Edgar podía absorber el poder de otra persona. Sin embargo, no se lo dijo

mató a Heliodoro por miedo a la familia Delgado. Después de todo, la familia Delgado era considerada una familia prestigiosa en el mundo

si Heliodoro en verdad quería matar a Edgar, Astrid sabía que éste nunca tendría

poder de Edgar a lo mejor mejoraría con velocidad

la intención de Heliodoro de

durante más de una hora, la multitud por fin llegó al pie de una montaña. Aunque no era una

prueba se celebraría en una cueva

era enorme, pero había un frío cortante que salía

Más vale que no sea una simple cueva de mala

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