En el momento en que Jaime reconoció la oportunidad, el regocijo se apoderó de su corazón mientras se mordía la punta de la lengua y utilizaba la esencia de sangre que fluía para ponerse de pie.

Cuando el tritón vio que Jaime aún podía moverse, la sorpresa coloreó su rostro.

—En verdad eres el hijo de un dragón. Tu cuerpo es muy resistente.

Una vez más, Jaime escuchó al sireno mencionar la frase «el hijo de un dragón» y se quedó estupefacto. Expeditivo, preguntó:

—¿Quién eres? ¿Sabes algo de mí?

El sireno seguía jadeando con fuerza en lugar de responder a Jaime. Su cuerpo absorbía poco a poco la energía espiritual de los núcleos de las bestias que yacían en el suelo.

Después de haber estado sellado durante miles de años, apenas le quedaban fuerzas. La razón por la que empleó antes todo el poder que le quedaba fue para asustar a la multitud.

Si hubiera tenido más fuerza, no habría dejado escapar a nadie; eran excelentes recursos de cultivo para él.

Cuando Jaime se dio cuenta de que el sireno se estaba recuperando, hizo acopio del poco poder que le quedaba en el cuerpo y lanzó un puñetazo en dirección al sireno.

La luz dorada de su puño era tenue. Tampoco quedaba mucho del Poder de los Dragones.

Al fruncir las cejas, el sireno esquivó el puño de Jaime.

mil veces, mocoso. ¿Cómo te atreves a atacarme? En cuanto recupere mis fuerzas, te concederé

poco y su visión se nubló. Sin embargo, era consciente de que tenía que encontrar la forma de acabar con

te daré la oportunidad! —Una vez más, Jaime se mordió la punta de la lengua para liberar una bocanada de niebla de

puño brilló con más intensidad. Gruñó y golpeó al tritón. La ira se dibujó en la

sido ignorado por una hormiga como

cuerpo. Por lo

caer sobre él, apretó los dientes y sacó de su cuerpo una

brillaba con

el cuerpo de Jaime, desapareció al instante. Jaime cayó al suelo y su visión se fue oscureciendo

al inconsciente Jaime,

obligado a gastar mi aguijón inmovilizador. Más tarde te despellejaré,

nubló. Sin emborgo, ero consciente de que tenío que encontror lo formo de ocobor con lo vido del sireno

de lo lenguo poro liberor

más intensidod. Gruñó y golpeó ol tritón. Lo iro se dibujó en lo

ontes hobío sido ignorodo por uno

no le quedobo energío en el cuerpo. Por lo tonto, o pesor de su

estobo o punto de coer sobre él, opretó los dientes y

medio metro de lorgo y brillobo con luz frío como uno esculturo de

desoporeció ol instonte. Joime coyó ol suelo y su visión se fue oscureciendo hosto que se

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