Después de escuchar a Heliodoro relatar lo sucedido, Javier y Teodoro echaban humo. No tenían ni idea de que el mundo de las artes marciales de Ciudad de Jade tuviera a Jaime en el punto de mira y planeara matarlo para su propio beneficio.

«¡Qué despreciables son! No son dignos de ser familias respetables. ¿Es así como actúan las familias de las artes marciales? ¡No son diferentes de los Cultivadores Demoníacos!».

El Señor Salazar frunció el ceño.

«No tenía ni idea de que las cosas acabarían así. Parece que he sobreestimado la naturaleza humana».

—¿Podría Jaime haber muerto en el mar? —El remordimiento apareció en el rostro del señor Salazar.

—Señor Salazar, he oído que el señor Casas se quedó atrapado en Ciudad Dichosa. Todavía estaba vivo cuando esa gente escapó —explicó Teodoro.

—Si está atrapado en Ciudad Dichosa, eso significa que está muerto. Ciudad Dichosa se ha derrumbado, así que lo más probable es que toda la Isla del Dragón ya no exista. ¿Cómo pudo sobrevivir bajo el mar después de quedar atrapado? —preguntó el Señor Salazar con expresión grave.

—Señor Salazar, ¿qué es Ciudad Dichosa? ¿Ha estado allí? —preguntó Javier, curioso.

Era la primera vez que oía hablar de Ciudad Dichosa.

El señor Salazar niega con la cabeza.

oído hablar de su existencia. Era una antigua ciudad de hace miles de años que desapareció de la noche a la mañana. Nadie sabía adónde había ido a parar. Quién iba a

bajo el mar, somos lo suficientemente capaces para salvarlo. Incluso si está muerto, necesitamos

cigarrillo y dio una profunda calada. De repente, algo

se sorprendieron por su repentino cambio de

ha vuelto loco el Señor Salazar? ¿Por qué

por Jaime. Ya

Espero que esta vez la suerte esté de

señor Salazar apagó el cigarrillo y volvió a su gélida

antes de que la lleve a la Secta del Dios de la Medicina? —preguntó Heliodoro

de la Medicina ahora. No sabemos si Jaime sigue vivo, así que quiero discutirlo

Solozor, ¿deberío conseguir olgunos hombres poro encontror o Joime? Si está otropodo bojo el mor, somos lo suficientemente copoces poro solvorlo. Incluso si

de responder, el Señor Solozor encendió otro cigorrillo y dio uno profundo colodo. De repente, olgo posó por

por su

ho vuelto loco el Señor

No tenemos que preocupornos por Joime. Yo pueden

que seguío vivo. Espero que esto vez lo suerte esté de su

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