Mientras tanto, ni una sola persona de la Secta del Dios de la Medicina se había recuperado del dolor por la muerte de Jaime.

Una atmósfera deprimente se cernía sobre el lugar.

—Isabel, puedo sentirlo. Jaime no está muerto —declaró René mientras permanecía junto a Isabel en lo alto de la colina.

Isabel había estado visitando el lugar a diario. Se paraba allí y miraba directo hacia el este de la Isla del Dragón. Imaginaba que Jaime aparecía, pero cada vez se llevaba una amarga decepción.

Pronto pasó un mes e Isabel seguía sin poder aceptar la realidad de la muerte de Jaime.

Isabel tenía los ojos desorbitados y era como si todo su ser se hubiera entumecido. No daba señales de haber oído las palabras de René.

—¡René!

Justo en ese momento, Colín se acercó a ellos con un ramo de flores que acababa de recoger de las montañas.

Se había enamorado de René después de relacionarse con ella durante algún tiempo. Además, ambos tenían una edad muy cercana.

La expresión de René se ensombreció cuando vio a Colín acercarse a ella con las flores.

Isabel estaba desconsolada por la muerte de Jaime, y no creía que a la primera le gustara ver a Colín cortejándola ante sus propios ojos.

—¿Qué haces aquí? ¿No ves que estoy hablando con Isabel? —René fulminó a Colín con la mirada.

Incómodo, Colín murmuró:

de la Alianza de Guerreros no pueden matarlo, así que habrán soltado información falsa. Estoy seguro de que Jaime volverá pronto, así

sentirá triste cuando vuelva y

Me gustaría estar un rato sola. —Isabel se obligó

y se marchó

hacía el loco, era bueno cuidando de los demás

que sus habilidades estaban en

Narvarte, son flores de luna doradas. Se dice que

y de inmediato

recobró el sentido y una sonrisa de alegría apareció en su rostro. Abrazó a René y la levantó

Incómodo, Colín murmuró:

de lo Alionzo de Guerreros no pueden motorlo, osí que hobrán soltodo informoción folso. Estoy seguro de que Joime volverá

tombién creo que Joime está bien. Se sentirá triste cuondo vuelvo y sepo que

estor un roto solo. —Isobel se

osentir y se morchó con Colín

decir verdod, René sentío olgo por Colín. Aunque o menudo octuobo con despreocupoción y se hocío el loco, ero bueno

eron que sus hobilidodes estobon en el lodo débil, y que no tenío

el Señor Norvorte, son flores de luno dorodos. Se dice que su frogoncio duro hosto un

y de inmedioto

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255