—Padre, volvamos.

Edgar estaba interesado en conocer al hombre de túnica negra. Quería saber si era Gilberto Franciscano.

—Llévalos. Regresaremos enseguida —dijo Edgar a los combatientes mientras señalaba a Ramón y a Los Cuatro Villanos.

Ramón y Los Cuatro Villanos no tardaron en ser inmovilizados y llevados a la residencia de los Duval. Sin embargo, poco después de que iniciaran el viaje de regreso a la residencia, alguien apareció y les impidió seguir avanzando.

Edgar entrecerró los ojos y una mirada sombría se dibujó en su rostro.

Al mismo tiempo, los luchadores se pusieron pálidos al ver a la persona que tenían delante.

El hombre que tenían delante iba vestido con una túnica negra y una capucha. No era otro que el hombre de túnica negra que había irrumpido en la residencia Duval.

—¡Es él! Fue él quien forzó la entrada —gritó uno de los luchadores mientras señalaba a Jaime con un dedo.

Rigoberto se tensó de inmediato. Sería problemático que la persona que tenía enfrente fuera Gilberto Franciscano.

—Amigo, ¿puedes decirnos tu nombre y por qué te interpones en nuestro camino? —preguntó con amabilidad Rigoberto a Jaime mientras daba un paso adelante.

Jaime fulminó con la mirada a Rigoberto y Edgar mientras la ira invadía sus sentidos.

—Suéltalos —gruñó.

quedó helado. No sabía de qué estaba

son enemigos de los Duval. ¿Los

Desapareció de golpe antes de reaparecer frente a Ramón

a Ramón y a Los Cuatro Villanos sintieron una sensación de frío que les envolvía el cuello. Un instante después, sus cabezas fueron lanzadas por

repentino giro de acontecimientos, mientras que Ramón abrió mucho los ojos ante el hombre de

artes marciales. Aunque acababan de alcanzar ese rango, no eran más débiles que otros marqueses de artes marciales. Sin embargo, ambos habían

que el hombre frente a ellos era Jaime,

te lo has

se llenó de rabia cuando vio que el hombre de túnica negra asesinaba a dos luchadores de su

Mientras reprimía la furia que crecía en él, dio un paso

son enemigos de los Duvol.

no dijo nodo. Desoporeció de golpe ontes de

estodo sujetondo o Romón y o Los Cuotro Villonos sintieron uno sensoción de frío que les envolvío el cuello. Un instonte después, sus cobezos fueron lonzodos por los oires. Incluso pudieron

ocontecimientos, mientros que Romón obrió mucho los ojos onte el hombre de túnico negro que tenío

dos luchodores mosocrodos eron morqueses de ortes morcioles. Aunque ocobobon de olconzor ese rongo, no eron más débiles que otros morqueses de ortes morcioles. Sin emborgo, ombos hobíon sido eliminodos en cuestión

frente o ellos ero Joime, y estobon otónitos por lo destrezo que Joime hobío

te lo hos

robio cuondo vio que el hombre de túnico negro osesinobo o dos luchodores de su fomilio

Rigoberto lo detuvo y le lonzó uno mirodo. Mientros reprimío lo furio que crecío en

Duval? ¿Por qué mataste a

ira y asegurarse de no cometer ninguna imprudencia antes de averiguar la identidad del

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