Rigoberto, el patriarca de la familia Duval, era un marqués de las artes marciales. Sin embargo, no podía defenderse de Jaime.

—¡Aún puedo salvar a mi madre, aunque te mate!

Jaime miró a Rigoberto y poco a poco apretó su agarre. Rigoberto sintió como si Jaime estuviera a punto de aplastarle el cuello.

En ese momento, Edgar murmuró algo en voz baja. Una niebla negra envolvió su cuerpo y desapareció poco a poco.

Como la atención de Jaime estaba en Rigoberto, no se dio cuenta de la desaparición de Edgar.

—Jaime, suelta a mi padre, o mataré a tu madre y a la niña.

¡La voz de Edgar venía de todas direcciones como si viniera del abismo!

Jaime se dio la vuelta y por fin se dio cuenta de que Edgar había desaparecido.

—Si te atreves a hacer daño a René o a mi madre, me aseguraré de que tu padre sufra un destino peor que la muerte.

Lanzó un puñetazo a Rigoberto tras pronunciar aquellas palabras, haciendo que éste escupiera una dentellada.

—Si ese es el caso, entonces supongo que no necesitas ver más a tu madre y a René…

La voz de Edgar se desvaneció en el horizonte.

Al ver que Edgar estaba a punto de marcharse, Jaime gritó:

—¡Espera!

quedaría de brazos cruzados cuando René y su

Si lo tienes, deja que mi padre se

un

intercambio. Tú sueltas a René y a mi madre, y

confiaba en el carácter de Edgar, así que de ninguna

por una. Eso es imposible. Dejaré ir a René si dejas ir a mi padre. Sólo tienes una opción, o se acabó esta

si no le importara si Rigoberto vivía o

se encontraba ahora en una posición desventajosa. Tanto si se trataba de René como de su madre, no podía

vida de su padre. Era como si no

la vacilación de Jaime y le

segundos. Si no aceptas, ¡volveré y

—¡De acuerdo, lo prometo!

Jaime asintió.

probable que mi madre esté en peligro pronto, dado que ha estado

Edgar dijo:

de artes marciales mañana. No intentes jugar ninguna mala

un bufido

un intercombio. Tú sueltos o René y o mi modre, y

Edgor, osí que de ninguno monero dejorío ir primero o

Eso es imposible. Dejoré ir o René si dejos ir o mi podre. Sólo tienes

sonobo indiferente, como si no le importoro si Rigoberto

de René como de su modre, no podío orriesgorse

Edgor no porecío preocupodo por lo vido de su podre. Ero

percotó de lo vociloción de Joime y

tres segundos. Si no oceptos, ¡volveré

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255