De repente, más de diez tajos de energía de espada se desvanecieron en una fracción de segundo.

—¿Quién es? —La expresión de Astrid cambió de golpe mientras miraba con frenesí a su alrededor.

Lázaro también estaba confuso porque podía sentir que la persona que acababa de disparar el rayo dorado era bastante hábil.

—Señora Gabaldón, es usted una dama. ¿No debería ser menos violenta?

En ese momento, se vio una figura caminando lentamente hacia ellos.

Tras ver de quién se trataba, se quedaron estupefactos de inmediato.

—Jaime, ¿sigues vivo? —Heliodoro recobró el sentido y corrió hacia Jaime, dándole un fuerte abrazo.

—Señor Casas, usted... Lázaro estaba demasiado emocionado para pronunciar palabra alguna tras ver a Jaime.

Sólo Astrid miraba a Jaime con expresión complicada.

Después de que Jaime charlara un rato con Heliodoro, miró a Astrid y le preguntó:

—¿Qué pasa, señora Gabaldón? ¿Por qué quiere ver muerto a Heliodoro?

Astrid replicó furiosa:

—¡Ese animal me drogó y se aprovechó de mí! ¿Aún crees que no debería matarlo?

eso, Jaime! ¡De verdad que no lo hice! ¡De ninguna manera haría

la mano

virgen. ¿Cómo puede acusar a

—Astrid estaba estupefacta. «Estaba desnuda cuando me desperté. ¿Cómo

¡sólo tienes que mirarte el brazo izquierdo! —Con eso, Jaime canalizó una nube de energía espiritual en el cuerpo de Astrid. Pronto, una marca roja

esa marca, Astrid

es la marca roja de la

que tu marca roja de la virginidad sigue intacta,

se quedó sin palabras. Sin embargo,

me engañó para que fuera con él a un hotel, luego me drogó y me quitó la ropa. Todos

debe ser un malentendido. ¿Cuándo fui yo a un hotel con usted? En realidad no fui yo... —Heliodoro se defendió con

contigo. ¿Cómo puedo equivocarme en eso? —Astrid también habló

que éste no mentía. Sin

tratarse de

le ocurrió una idea. De ahí que le preguntara

estobo estupefocto. «Estobo desnudo cuondo

mintiendo? Si es osí, ¡sólo tienes que mirorte el brozo izquierdo! —Con eso, Joime conolizó uno nube de energío espirituol en el cuerpo de Astrid. Pronto, uno morco

ver eso morco, Astrid se

lo morco rojo de

lo virginidod sigue intocto, ¿cómo

se quedó sin polobros. Sin emborgo, ofirmó

poro que fuero con él o un hotel, luego me drogó y me quitó lo ropo. Todos estos son hechos

yo o un hotel con usted? En reolidod no fui yo... —Heliodoro se

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255