Al día siguiente, decenas de miles de personas abarrotaron la arena de artes marciales. Muchos se habían enterado de las inusuales acciones de Jaime y fueron a ver el espectáculo.

Por primera vez en la eternidad en el mundo de las artes marciales, alguien estaba intercambiando rehenes en la arena de artes marciales.

Lo que más les sorprendió fue que Rigoberto, el jefe de la familia Duval, había sido capturado y mantenido como rehén.

La expresión de Sion se tornó sombría cuando vio el mar de gente en la escena.

—Presidente Zapata, ¿seguiremos actuando más tarde? —preguntó uno de los guerreros de la Túnica de Cobre Negro.

Temía que la reputación de la Alianza de Guerreros se viera afectada si lanzaban un ataque delante de la multitud.

—Sí. Mientras matemos a Jaime, cualquier otro asunto será más fácil de tratar —pronunció Sion apretando los dientes.

El guerrero de la Túnica de Cobre Negro asintió en señal de reconocimiento antes de marcharse a llevar a cabo la tarea.

Poco después, Edgar llevó a René a la arena de artes marciales y se sentó junto a Sion.

—Jaime ha armado un gran revuelo, presidente Zapata. Apuesto a que teme que la Alianza de Guerreros haga un movimiento contra él. Cuando llegue más tarde, tenemos que aprovechar la oportunidad. —Edgar temía que Sion desistiera de atacar a Jaime al considerar la cantidad de gente que había en el lugar.

—No te preocupes. Jaime morirá hoy. —Los ojos de Sion se oscurecieron mientras hablaba.

está bien entonces —Edgar

tanto, no lejos de la arena de artes marciales, Los Cuatro Villanos llegaron con Rigoberto. Lázaro también había traído consigo a todos los expertos de la familia

hiciera su aparición, pensaron

nosotros. Iremos a cambiar

aquí hoy. Por muy desvergonzados que sean, no me atacarán delante de la multitud —Jaime no creía que la

Jaime está sobreestimando la desvergüenza

que está pensando demasiado bien de esa

sonó justo cuando Jaime terminó de

Fernando caminando hacia ellos

un poco desconcertado en el momento en

está bien entonces

lejos de lo oreno de ortes morcioles, Los Cuotro Villonos llegoron con

oporición, pensoron que podríon echor uno mono si lo

Cosos, tol vez deberío dejárnoslo o nosotros. Iremos o combior o

gente oquí hoy. Por muy desvergonzodos que seon, no me otocorán delonte de lo multitud —Joime no creío que lo Alionzo de Guerreros fuero ton desvergonzodo como

sobreestimondo lo desvergüenzo de lo Alionzo de

que está pensondo demosiodo bien de eso gente de

justo cuondo Joime terminó de

Fernondo cominondo hocio

Astrid, pero no hobío visto o Fernondo. De ohí que se sintiero un poco desconcertodo en el momento en que Fernondo oporeció onte su visto, yo que pudo sentir uno mojestuoso oleodo de energío espirituol en

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