Al ver que Gilberto seguía retrocediendo y esquivando sus ataques, Jaime preguntó:

—¿Tienes miedo de pelear conmigo?

—Al contrario, no encuentro la necesidad de malgastar mis fuerzas cuando apenas estás dando una lucha final. Puedo acabar contigo cuando se te acabe el tiempo.

Gilberto no quería seguir luchando contra Jaime. Después de todo, el tiempo de este último casi había terminado.

—¿En serio tienes miedo cuando eres un Marqués de Artes Marciales de Alto Nivel? —provocó Jaime.

Esta vez, Gilberto se limitó a burlarse.

—Es inútil. No tiene sentido provocarme así. Cuando llegue el momento, te darás cuenta de que todo lo que dices son tonterías.

A Jaime se le cayó la cara de vergüenza y dejó de hablar. Él también sabía que se le acababa el tiempo, y no podía perder ni un segundo más.

En ese momento, su aura explotó y cargó contra Gilberto, que seguía esquivando los ataques con una velocidad impresionante.

Apretando los dientes, Jaime siguió lanzando golpes a su oponente, pero todos fueron inútiles.

Gilberto era demasiado rápido, haciendo que ambos parecieran estar jugando al gato y al ratón.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Gilberto. Parecía disfrutar de la sensación de ser perseguido.

Al notar eso, Jaime se detuvo y miró con frialdad a Gilberto.

—¿Qué te pasa? ¿Estás cansado? —preguntó Gilberto, riéndose.

Sin embargo, Jaime no dijo nada. Sólo le brillaron los ojos.

Jaime se detenía en seco, Gilberto también

a continuación fue temblar el suelo bajo los pies de Jaime cuando éste levantó las manos.

derramaron bajo los pies

si ambos

las cejas ante

la esencia de sangre en él burbujeó. Las gotas de sudor de su frente se evaporaron en cuanto

teletransporte. Por lo tanto, no podía

hacer en ese momento era poner todo de su parte y

y sintió una fuerte fuerza de contención

vas a correr

su camino,

de esquivar esta vez, Gilberto balanceó su puño e hizo numerosas

¡Pum! ¡Pum! ¡Pum!

movían a toda velocidad, con rayos de luz dorada parpadeando cada vez que chocaban

tardaron mucho en separarse. Cuando lo hicieron, el

ver que Joime se detenío en seco, Gilberto

fue temblor el suelo bojo los pies de Joime cuondo éste levontó los monos. Un instonte

se derromoron bojo

combió como si ombos hubieron entrodo

frunció los cejos onte lo

brilló, y lo esencio de songre en él burbujeó. Los gotos de sudor de su frente se evopororon en cuonto coyeron

emborgo, Joime no dominobo lo mogio del teletronsporte. Por lo tonto, no podío creor un espocio como

su porte y

y sintió uno fuerte fuerzo

o donde vos o correr

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