Mientras tanto, en el palacio de Isla Encanta, Timeo exclamó incrédulo:

—¿Estás diciendo que te encontraste con un cultivador de energía espiritual de Alma Naciente?

—¡Así es, y sólo tenía veinte años! —respondió con sinceridad el Gran Anciano.

—¿Alcanzó el Alma Naciente a los veinte años? ¿Cómo es posible?

«¡No puedo creerlo! ¿Cómo puede alguien tan joven alcanzar el Alma Naciente? Este mundo ya no es adecuado para cultivadores de energía espiritual. No hay forma de que pudiera alcanzar el Alma Naciente con la baja cantidad de energía espiritual en la naturaleza. Incluso si dependiera de hierbas y piedras espirituales para darle un empujón, ¡no hay forma de que progresara tan rápido!

—Le digo la verdad, Rey Durero. No tenía ninguna posibilidad contra ese joven —replicó el Gran Anciano.

Timeo guardó silencio durante un rato antes de decir:

—Dile a todo el mundo que lo deje en paz y que deje de espiarlo. No queremos enfadarlo innecesariamente. Si no quiere hacernos daño, esperaremos a que se vaya solo. Sólo nos preocuparemos si se niega a abandonar la isla.

El Gran Anciano asintió en respuesta.

—¡Entendido!

el Gran Anciano abandonara el palacio para dirigirse a la

hasta llegar al final del jardín trasero y se detuvo frente

asegurarse de que no había nadie, Timeo se dirigió a un lugar apartado

muro que tenía delante se desplazó poco a poco hacia

vestían armaduras y

Durero, por lo que eran mucho más poderosos que

detrás del muro era un área restringida, y los que estaban dentro eran descendientes

en cuanto le vieron entrar. Sin embargo, Timeo tenía tanta prisa que ni siquiera los miró mientras corría

de diez ondas de energía restrictivas

en el lado izquierdo del pecho de Timeo, haciendo que las diez

jordín trosero y se detuvo frente o un

poro osegurorse de que no hobío nodie, Timeo se dirigió o un lugor oportodo

poco hocio los lodos, revelondo un vosto espocio obierto tros

polocio vestíon ormoduros y se

de lo fomilio Durero, por lo que eron mucho más

ero un áreo restringido, y los que estobon dentro eron descendientes de lo fomilio

o Timeo en cuonto le vieron entror. Sin emborgo, Timeo tenío tonto priso que ni siquiero los miró mientros corrío hocio el interior. No tordó mucho en ver uno monsión envuelto

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