Mientras tanto, Alain estaba sentado frente a un anciano en una habitación secreta de la residencia Zepeda. Alain trataba al anciano con respeto, por lo que era de suponer que se trataba de un hombre importante.

—Maestro Galván, ¿cómo va la deducción? —preguntó Alain al anciano con cautela.

El anciano frunció las cejas y pronunció con expresión adusta:

—Mantenga la boca cerrada cuando estoy deduciendo…

El anciano se levantó y salió de la habitación secreta. Luego esparció por el patio las piedras negras que llevaba en la mano.

Bajo el sol, las piedras negras brillaron de repente con una tenue luz.

—La Técnica de la Axinomancia es el camino de la naturaleza. Soy Hugo Galván, y quiero deducir la Ley Celestial…

En cuanto el anciano terminó esa frase, empezó a postrarse ante las piedras negras. Lo hizo ante cada piedra, así que se inclinó decenas de veces.

Alain se limitó a observar desde un lado, y no se atrevió a pronunciar palabra.

ese momento, Kenzo entró corriendo en el patio

—Papá, dijiste…

negras esparcidas por el suelo

Kenzo irrumpiendo en el patio. Sin embargo, fue

evitar estremecerse al ver la mirada de

¡Whoosh! ¡Whoosh! ¡Whoosh!

del suelo salieron disparadas hacia Kenzo como

las Artes Marciales, así que no iba a quedarse quieto y dejarse

¡Tuc! ¡Tuc! ¡Tuc!

golpearon el cuerpo de Kenzo, que salió despedido hacia atrás con la boca llena

ver eso, Alain saltó hacia delante y protegió

espiando el futuro. ¿Por qué te precipitas en este momento? ¿Quieres que muera? —tronó Hugo con

perdone la insensatez de mi hijo. Además, no se lo

en nuestro territorio? —Kenzo se agarró el pecho

Papá es el alcalde de Ciudad del Norte. ¿Por qué es tan cobarde? Sé por qué le tiene miedo a Jaime, pero ¿por qué le

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