El despertar del Dragón

Tras fulminar con la mirada a los hombres que estaban detrás de Patricio, Simón no pudo evitar estallar de rabia.

—¡Traidores! ¿Olvidaron lo que nos enseñó el señor Venzul?

—Señor Lisboa, deberíamos dejarnos llevar. El señor Venzul ya no está con nosotros, y sería prudente seguir el consejo del señor Serrano. Ser testarudo no le beneficiará en nada —dijo uno de los líderes de la Secta Demoniaca mirando a Simón.

Simón se burló.

—¿No tienen vergüenza? La Secta Demoniaca y la Secta de Corazón Maligno son archienemigas. Nunca aceptaré fusionar las dos sectas.

Con eso, se levantó de un salto y golpeó al líder que había hecho ese comentario.

—¡Cómo te atreves! —Exclamó Patricio mientras agitaba despreocupado la mano, desatando una tremenda fuerza que golpeó a Simón y lo lanzó por los aires.

La disparidad de poder entre Simón y Patricio era evidente.

De la boca de Simón goteaba sangre y sus órganos internos se agitaban.

Ese único golpe le había infligido graves heridas.

apoyado a Simón corrieron

apretó los dientes y corrió hacia

haría el siguiente movimiento desde que se había enterado de

lana de diez

un aura tenue, casi imperceptible. Estaba claro que la otra parte ocultaba su

de Jaime mostró un atisbo de

«Debe de ser Patricio».

negra y un aura sombría apareció fuera de la habitación de

que estaba bajo la túnica negra era

puerta de la habitación de Jaime, vio el Tubérculo de flor de lana de diez mil años colocado

darse cuenta, el espíritu del cuerpo

Jaime colocó allí el Tubérculo de flor de lana sin ningún cuidado ni consideración?

estaba de acuerdo. Cuando vio el Tubérculo de flor de lana de diez mil años sobre la mesa, se

desde hacía mucho tiempo, Saulo sabía que Jaime

que Jaime hubiera colocado el Tubérculo de flor de lana sobre la mesa con tanta despreocupación le sugirió a Saulo que, o bien se trataba de una acción

Tubérculo de flor de lana. Deberíamos llevarlo con nosotros

Saulo frunció las cejas.