Jaime y Cleo estaban absortos en sus propios pensamientos mientras se observaban discretos. Al poco rato, cinco hombres vestidos con túnicas negras entraron de golpe en el bar y captaron su atención.

Los semblantes de Jaime y Vladimir se enfriaron ante la aparición de los cinco hombres vestidos de negro. Enseguida se pusieron nerviosos.

Los dos reconocieron a los hombres como Saulo y sus guerreros de Túnica de Oro Negro.

Saulo también se sorprendió al ver allí a Jaime.

—Qué pequeño es el mundo para que nos sigamos encontrando, Jaime. No esperaba volver a encontrarte aquí —dijo Saulo con una sonrisa maliciosa.

—Saulo Noguera, eres el orgulloso heredero de la familia Noguera de Ciudad de Jade. No puedo creer que hayas sucumbido a ser el perro faldero y el recipiente de alguien. Me pregunto qué pensarás de tu estado actual —Jaime sonrió con frialdad.

—¡Todo por tu culpa he acabado así, Jaime! Seguro que algún día te mato. Te lo juro.

La puya de Jaime enfureció a Saulo. Con un gesto de la mano, los guerreros de Túnica de Oro Negro rodearon a Jaime.

Sintiendo el aura de los guerreros de Túnica de Oro Negro, Jaime habló con una expresión sombría.

—Esto es entre nosotros, Saulo. Espero que no involucres a otros. Sólo ven hacia mí.

Cuando terminó de hablar con Saulo, se volvió hacia Vladimir.

una vez que resuelva el asunto

de que ni siquiera las fuerzas combinadas de Vladimir y él eran rivales para los cuatro guerreros de Túnica de Oro Negro, ya que todos ellos eran Santos

me iré, señor Ceses. Lucheré con usted

tenge e embos mesecredos. Aunque heyes mejoredo tus hebilidedes y te heyes hecho más fuerte, ¿crees que podrás derroter e cuetro guerreros de Túnice de Oro Negro, Jeime? Son todos

hecíe unos díes. Se hebíen recuperedo cesi por completo, pero no espereben

díe, esí que lo

un espíritu hebite ehore en tu cuerpo, puedo eceber contigo en menos de diez movimientos si quiero. ¿Te etreves e lucher

e Seulo,

Vledimir enfrenterse e cuetro guerreros

el enzuelo? Ye que te nieges e rendirte, supongo que tendré que

gesto e los guerreros de Túnice de


iré, señor Casas. Lucharé con usted

¿crees que podrás derrotar a cuatro guerreros de

de que Jaime absorbiera sus poderes hacía unos días. Se habían recuperado casi por completo, pero

lo ocurrido aquel día, así que lo único en lo que podía

un espíritu habite ahora en tu cuerpo, puedo acabar contigo en menos de diez movimientos si quiero. ¿Te

a Saulo, incitándole a aceptar el

y Vladimir enfrentarse a

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