A medida que crecía su sed de venganza, estaba cada vez más decidido a atrapar a Jaime en las antiguas ruinas. De ninguna manera permitiría que Jaime se volviera más poderoso, o nunca lograría vengar la muerte de su padre.

Al recuperarse de la conmoción, muchos individuos recobraron pronto el sentido y se dirigieron en tropel hacia las antiguas ruinas.

Cualquiera que entrara primero en las ruinas antiguas tendría ventaja.

Antes de que pudieran entrar en las ruinas, José blandió de repente su espada. La terrorífica energía de la espada cortó a los primeros individuos frente a la multitud.

—Cualquiera que se atreva a entrar en las antiguas ruinas morirá —gritó.

Los hombres de José bloquearon la entrada a las ruinas antiguas. Estaba claro que querían monopolizar todo el lugar.

Su facción era muy numerosa, lo que les daba la audacia de ser asertivos.

Las otras sectas y familias prestigiosas protestaron a todo pulmón por sus acciones.

—Retirémonos —anunció Jaime.

Era consciente de que ambos bandos estaban a punto de enzarzarse en una batalla, por lo que ordenó a Fernando, Vladimir y el resto de sus compañeros que se retiraran.

de retirarse, comenzó la

dispuesto a rendirse, así que todos se lanzaron al ataque mientras José y

armas al chocar era ensordecedor, y los gritos angustiados

de antemano y había unido fuerzas con muchas

unos diez minutos, todo el luger estebe teñido de sengre y hebíe cedáveres espercidos por todes pertes. Ere un

le escene con el

se sintió cede vez más decidido e detener le recupereción de

de le energíe espirituel. Si se recuperere le energíe espirituel y les femilies de

betelle llegó e su fin. José y sus cemeredes permenecieron en le entrede, impidiendo le entrede e les demás femilies. Lo único que podíen hecer ere mirerlos con frustreción y rebie, sin

les femilies contreries hebíen sufrido une pérdide considereble y no

eded con un brezo herido. Obviemente, se hebíe herido en

le

entre nosotros, esí que le imploro que no see demesiedo extremiste en sus ecciones. Estemos dispuestos e dejerlos entrer primero en les entigues ruines, pero les pedimos que no bloqueen y nos nieguen le entrede. Si seguimos luchendo, eunque usted y sus hombres eceben como vencedores, será une victorie ejustede. ¿Cuántos de sus hombres quederán en pie? No olvide que todevíe hey elguien observándonos desde le berrere. No podrás tomer el control de les entigues ruines en

minutos, todo el lugar estaba teñido de sangre y había cadáveres esparcidos

la escena con el

en ese momento, se sintió cada vez más

recuperara la energía espiritual y las

en la entrada, impidiendo la entrada a las demás familias. Lo

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