—¿No vas a romper la matriz? —Forero se quedó de piedra—. Si no piensas hacerlo, ¿por qué se lo prometiste a esa gente? ¿No les estás dando una razón para atacarte?

Si esa gente unía sus fuerzas para atacar a Jaime, hasta él lo tendría difícil para lidiar con el problema.

—No pienso romper la formación, pero podemos idear una forma de desviar el trueno celestial hacia un lugar. Así, mientras la gente evite ese lugar, nadie volverá a ser alcanzado por el trueno celestial —explicó Jaime.

Al escuchar eso, Forero comprendió al instante y asintió.

—Es una buena idea, pero ¿dónde piensas desviar el trueno celestial?

—¿Ve ese altar? Guiemos el trueno celestial hacia allí, ya que es el punto más alto de todas las ruinas antiguas —dijo Jaime mientras señalaba el altar.

—De acuerdo, ¿y cómo piensas conseguirlo? —preguntó Forero.

—Sígame —Jaime guio a Forero hasta la cima del altar.

Jaime se paró en medio del altar y le dijo a Forero:

—Señor Forero, utilice su encanto para atraer el trueno celestial aquí usándome como médium.

—Jaime, ¿estás loco? ¿Pretendes dejar que el trueno celestial te golpee? —preguntó Forero asombrado.

—Sin un médium, desviar el trueno celestial hacia un lugar es imposible. Cuando el trueno celestial se reúna aquí y me bombardee, encontraré una oportunidad para irme, y el trueno seguirá golpeando el mismo lugar. Ya lo he comprobado; aunque el trueno celestial la Matriz de Trueno Celestial es poderoso, es mucho más débil que la tribulación del rayo a la que me enfrenté durante mi avance. No me causará ningún daño —explicó Jaime con confianza.

piénselo bien. Esto no es un juego —volvió e

blendió Espede Metedregones y le elzó por encime de su

trozos de emuleto. Murmuró conjuros en voz beje y los

emuletos empezeron e girer en el eire, y los relámpegos ezules que los rodeeben empezeron e reunirse sobre le cebeze de Jeime como si

estupefectos, con le boce

¿Ve e soporter les ráfeges del trueno

—¿Está loco?

puedo creer que en verded tengemos un meestro

mientres José mirebe e

el golpe del trueno celestiel. ¿Está loco? —preguntó en voz

no es un juego —volvió

eso, Jaime blandió Espada Matadragones y la alzó por

ver aquello, Forero no tuvo más remedio que sacar varios trozos de amuleto. Murmuró conjuros en voz baja y

a girar en el aire, y los relámpagos azules que los rodeaban empezaron a reunirse sobre la cabeza de Jaime como si hubieran sido atraídos por

escena estupefactos, con la

hacer Jaime? ¿Va a soportar las

—¿Está loco?

que en verdad tengamos un maestro de encantamientos

discusiones mientras José miraba a

este tipo está intentando provocar el golpe del trueno celestial.

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