Romario no tenía miedo porque estaba seguro de que Mieko no podría hacerle nada con Forero y Fabio cerca.

Justo después de que Mieko corriera hacia él con sus ninjas, éstos se volvieron invisibles antes de desaparecer por completo.

Romario frunció las cejas.

«¡Están usando artes marciales de Jetroina!».

—¡Y pensar que vas a usar un truco tan mezquino como ese! —Forero se burló antes de sacar múltiples amuletos y derramar su esencia de sangre en ellos.

—¡Rompe! —Lanzó los amuletos al aire, tiñendo de rojo el cielo de la mansión.

De repente, Mieko y sus ninjas volvieron a ser visibles.

—¡Mátenlos! —gritó Romario, incitando a los guardias a atacar a sus enemigos.

las batallas. Sin embargo, nadie se atrevía a acercarse

tiró la rama rota

atacarme. Aún tienes una

Jaime que usara un arma como la última vez porque sabía que su victoria no estaría garantizada en esa

rugido, Maki blandió su reluciente

creer que Jaime pueda bloquear

presenciar aquella

—¡Maestro, cuidado!

destellar una luz roja. Justo antes de que la

aquel tajo de Maki era lo bastante potente como para cortar una pequeña montaña por la mitad, Jaime sostuvo el arma como si fuera una espada de

de que la palma de este estaba ilesa. Por más que probó todas sus fuerzas, no pudo

el miedo inundó sus

última oportunidad —dicho esto,

hoja medio rota en la mano, se lanzó hacia delante y la blandió contra el cuello de su

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