El despertar del Dragón

Mieko, que estaba luchando contra Forero, entró en pánico cuando vio a Maki desplomarse.

Si Maki, alguien mucho más poderoso que ella, había sido abatido por Jaime, era poco probable que tuviera un final mejor que el suyo.

En un momento de su distracción, Forero le golpeó el pecho con la palma de la mano, haciéndola salir volando.

—Vaya, parecían bastante suaves. —Se quedó un poco sorprendido.

Mientras Mieko volaba por los aires, su cuerpo se volvió transparente antes de desvanecerse ante sus ojos.

Justo cuando disfrutaba de la sensación que había sentido antes, se dio cuenta de repente de que se había ido y le entró el pánico. A toda prisa lanzó un par de amuletos más con la esperanza de volver a descubrirla.

Por desgracia, esos amuletos no funcionaron. Era como si Mieko hubiera desaparecido en otra dimensión.

—No te vas a escapar después de venir aquí. —Jaime resopló antes de liberar energía invisible en el aire, manifestando una gigantesca palma lo bastante grande como para envolver casi toda la mansión.

Mieko estaba retrocediendo cuando su técnica de invisibilidad se disipó bajo la palma.

desgracia para ella, Jaime era demasiado poderoso

fuerza poderosa, y su cuello cayó

mueca de

—Perdóname... Por favor…

sus enemigos. ¿Por qué pides clemencia? —Jaime

sometió, así que ¿por qué ella, su líder,

Perdóname... —continuó suplicando porque era su

no tenía ninguna posibilidad de

cuenta de que no la dejaría vivir y centró su atención

con una mirada lastimera

se dio cuenta y soltó a Mieko antes de encararse con

se encargue de ella,

liberada, jadeó con fuerza y se arrastró hacia

pierna de Forero

—Por favor, perdóneme…