—Señor Yandel —llamó Sixto en voz baja.

Los ojos del anciano se abrieron de par en par casi al instante.

—Mi muchacho Sixto, ¿hay algún otro objeto mágico que no entiendas?

Cuando Máximo vio que era Sixto, se incorporó y dejó escapar un bostezo.

—Tiene razón, señor Yandel. Alguien me ha regalado un oscuro objeto mágico que necesito que me ayude a autentificar.

Sixto mostró la calabaza.

Máximo Yandel era el tasador residente de objetos mágicos del Clan Artesano que podía identificar el nivel de la mayoría de los objetos mágicos que se le había pedido que averiguara. Con su habilidad excepcional, incluso Pascual lo veneraba profundamente. Por eso Sixto también se dirigió a él con cortesía.

Máximo tomó la pequeña calabaza y jugó con ella. De pronto, una expresión de sorpresa apareció en su rostro.

Sixto se sorprendió por la expresión de Máximo. Preguntó apresurado:

—Señor Yandel, ¿se trata en verdad de un objeto mágico?

objeto mágico

emoción, tomó el mazo que tenía a su lado y golpeó un poco la

haciendo que la aparentemente vieja y simple calabaza brillara con una

púrpura salieron disparados hacia el cielo e iluminaron toda la

penetrantes rayos de luz con

desvaneció poco a poco cuando Máximo terminó su

se transformó

es

escuchado

Máximo estaba perplejo.

Yandel, esto lo envió un miembro de la

Deben de tener un favor que pedirnos, ya que nos han obsequiado con un objeto mágico de tan incalculable valor. Ahora que tu padre está refinando sus objetos mágicos en aislamiento, tienes que ser prudente a la hora de

debía necesitar algo del Clan Artesano a cambio de un objeto mágico tan fino. Máximo pensó que era vital señalárselo a Sixto, que

preocupe, señor Yandel. Yo sé

y se marchó con

la calabaza en cuanto salió de la habitación. Una terrible ráfaga de luz surgió de su interior, y un aura sobrecogedora empezó

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