Restos del Alma

Justo en ese momento, Mateo cayó al suelo y comenzó a gritar de angustia.

—¡Argh!

—¡Maestro, Maestro! —Alba había palidecido de miedo mientras seguía gritando por Mateo.

El sufrimiento de Mateo sólo confirmó la teoría de Arconte de que Jaime había dañado a propósito al líder de la Secta Luminosa. Naturalmente, los ataques de Arconte hacia Jaime se intensificaron.

Jaime frunció las cejas preocupado por el estado de Mateo y murmuró:

—¿Cometí un error?

—¡Si le pasa algo a mi mentor, no permitiré que salgas vivo de aquí! —amenazó Arconte.

Envió otro puñetazo volando hacia Jaime, pero esta vez, la paciencia de Jaime se había agotado.

Jaime no podía permitirse perder más tiempo esquivando los ataques de Arconte y de inmediato agarró el puño del hombre.

—La energía maligna del cuerpo de tu mentor es extraña. Tengo que acercarme para ver cómo está.

—¡Todo esto es culpa tuya! ¿Cómo te atreves a acercarte a nuestro maestro? —No se podía razonar con el impulsivo Arconte.

Un segundo después se horrorizó al darse cuenta de que no podía retirar el puño del férreo agarre de Jaime.

Demithor, era inconcebible que Jaime, un simple Santo de las Artes Marciales, pudiera dominarlo tan

golpear a Jaime con la mano libre, éste lo

Dios de las Artes Marciales ser

a

de Arconte explotó, y la sala empezó a temblar bajo

mirada furiosa

si quieres que

tiempo,

El maestro no lo va a conseguir. ¡Oh,

corrió hacia ellos y les

la Secta Alquímica ahora mismo.

a Mateo, listo para partir hacia la

dijo

mentor ahora, entonces estará destinado a la muerte. Déjame ver

Alba gritó

puedes hacer cuando has llevado a nuestro maestro

de

Exasperado, Jaime argumentó:

maneras más fáciles de sabotear

de una nube

aparecieron en las yemas de los dedos de Jaime. Movió los dedos y envió múltiples

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