El despertar del Dragón

Codicia

—¡Jajaja! Eres descarado, pero eso me gusta. ¡Tu cultivo me pertenecerá en poco tiempo!

La figura se rio como maniaca antes de desaparecer en el aire. Luego, se transformó en una bola de niebla negra y envolvió a Jaime.

Aunque Jaime quería devorar y refinar la niebla negra, de repente recordó algo en cuanto abrió la boca. Al instante desechó esa idea.

Pronto, el cuerpo de Jaime exudó un brillo dorado al activar el Cuerpo de Golem. En cuestión de segundos, el deslumbrante resplandor atravesó la niebla oscura, que volvió a solidificarse en una figura.

Miró directo a Jaime.

—No me extraña que hayas sido capaz de obligarme a revelar mi forma original a pesar de ser sólo un Santo de las Artes Marciales. Parece que eres la Forma Verdadera del Dragón Dorado... Sin embargo, tu cuerpo no me sirve de nada. Por otro lado, ¡puedo hacer uso del Poder de los Dragones que yace dentro de ti!

Con eso, la figura se precipitó hacia delante. Antes de que Jaime pudiera reaccionar, sintió un fuerte golpe en el pecho que le hizo retroceder unos pasos.

Había aparecido una brecha en el cuerpo del Golem.

Jaime frunció el ceño. Si un simple resto de alma podía ser tan poderoso, era inimaginable lo aterradora que era su forma original.

un resto de tu alma en el cuerpo del señor

estar aquí, insistes en ser entrometido. El reino oculto no es tan sencillo como imaginas. ¿Crees que las sectas ocultas no se preocupan por los asuntos mundanos? Es sólo que esos lugares externos no tienen los recursos que ellos desean. De lo contrario, ¿crees

la figura atacó de nuevo a una velocidad aún mayor. Fue tan rápido que Jaime ni siquiera pudo

¡Puc!

recibió otro golpe, haciéndole retroceder de nuevo

de Golem se desvaneció poco a poco antes

el Cuerpo de Golem con dos golpes, el alcance de sus poderes era

me vas a tratar como a un debilucho si

hablar, rayos de luz dorada salieron disparados de su cuerpo, iluminando toda la habitación en un

un puñetazo

—Puño de Luz Sagrada…

brillo dorado, rodearon a la

más que un mero trozo de alma.

una sonora carcajada, la figura se convirtió de repente en una bola de niebla

enorme ráfaga de viento atacó

esquivó por instinto, lo

hacia delante, destrozando las sillas y