Una provocación intencionada

—¿Y si insistimos en entrar? ¿Qué puedes hacer al respecto, Arconte? No sólo Mateo no salió a recibirnos, sino que tampoco nos deja entrar. ¿Qué podría estar ocultándonos la Secta Luminosa a todos nosotros? —se burló Emiliano, con una sonrisa tortuosa en los labios.

—Tu secta es la que nos oculta secretos a todos.

Al escuchar la conmoción, Alba llevó a algunas personas con ella y al instante se apresuró a la escena.

Un destello pasó por los ojos de Emiliano al ver a la mujer.

—Señorita Lope de Vega, cada día está usted más guapa. No sabía que ese cuerpo suyo pudiera ser mejor —dijo, sin poder ocultar la sordidez de su mirada mientras miraba a Alba de arriba abajo.

Arconte sintió que la rabia corría por sus venas al ver los ojos de Emiliano clavados en Alba.

Todos en la Secta Luminosa sabían que Alba y Arconte eran una pareja perfecta. Los dos habían estado muy unidos desde que eran jóvenes, y Arconte nunca consiguió ocultar su puro afecto por Alba.

Desde luego, no estaba dispuesto a aceptar el repugnante comportamiento de Emiliano.

—Cállate, Emiliano, a menos que quieras saber lo que se siente al vivir con dentadura postiza el resto de tu vida —ladró Arconte enfadado.

Emiliano soltó una carcajada ante la amenaza del hombre.

capaz de ponerme un dedo encima. Si crees que

cuello hacia delante, mirando a Arconte a los ojos y

de la esquina de la camisa de Arconte y

Te está

Arconte iniciaba una pelea, automáticamente se equivocaría. Además, le resultaría difícil defenderse si hiciera un movimiento

Arconte enrojeció mientras se clavaba las uñas en las palmas de las manos y emanaba un

la inacción del

agallas para hacer un movimiento, entonces apártate de mi camino. Entrega al Cultivador Demoníaco, o déjanos entrar y atraparlo nosotros

Arconte

abrir y cerrar de ojos, ya

antes de que el puñetazo alcanzara a Emiliano, éste lo esquivó con agilidad, y justo después un

cuando el

estaba preparado y sólo esperaba

¡Pum!

puño de Emiliano aterrizó de lleno en el centro del pecho de Arconte, haciéndolo tambalearse

compañero de la Secta Luminosa

No podía tragarse la humillación de recibir un puñetazo de Emiliano delante de tantos ancianos del

miedo de admitir que no era rival para Demithor. Sin embargo, Emiliano no era más fuerte

sin embargo, Arconte se tambaleaba hacia atrás después de un solo

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