Engañado

Delgado bramó y su cuerpo se elevó poco a poco en el aire. Poco después, un aura oscura lo envolvió mientras innumerables tentáculos brotaban del suelo.

Esos tentáculos empezaron a atacar con saña a todos los organismos supervivientes en el suelo. Ni siquiera Emiliano y Arán se salvaron.

Alba también fue sorprendida con la guardia baja y fue enredada por un tentáculo bajo sus pies.

Sobresaltada, se apresuró a gritar a Jaime:

—¡Señor Casas!

Al ver aquello, Jaime desató de inmediato un destello de luz de la Espada Matadragones para cortar el tentáculo.

Emiliano y Arán también fueron tomados por sorpresa al verse enredados por los tentáculos.

—Delgado, ¿qué haces? ¡Suéltanos! —rugieron Emiliano y Arán.

—Ninguno de nosotros puede escapar mientras este mocoso no muera. En vez de dejarte matar por él, ¿no es mejor que aportes tu fuerza y me ayudes a masacrarlo? Es una forma de cumplir también tus deseos —dijo Delgado con frialdad.

—No... ¡No lo hagas!

—¡No!

y Arán forcejearon con

la muerte a manos de Jaime sólo

permitir que aquellos tentáculos la

haber previsto este desenlace cuando eligieron cooperar con la

Secta Vientofuerte aniquilará a la

escatimará esfuerzos para vengarme y dar caza a todos los de la Secta del

y Arán amenazaron a

no se inmutó. Se

yo te maté? Tan solo puedo decir que los mató a todos ese mocoso

Fruto de

sálveme. Si me salva la vida, ¡le prometo que no volveré a

las antiguas ruinas, ¡por favor

pedir ayuda a Jaime frenéticamente. Sin embargo, Jaime se limitó a poner cara de póquer, sin intención

Arán se fueron apagando, mientras

amputado empezó a curarse rápido. Incluso sus heridas se recuperaban a gran velocidad mientras

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