Nada Más Puedo Hacer

—¿Cómo...? ¿Cómo es posible? Jaime está cerca. ¿Por qué de repente estamos fuera del radio de rastreo?

La expresión del Gran Adivino cambió.

Su adivinación con monedas de cobre estaba limitada por la distancia. Si la persona estaba demasiado lejos, no podría adivinar su ubicación.

La repentina caída de las monedas de cobre demostró que Jaime ya estaba demasiado lejos de ellos y había sobrepasado el rango reglamentado.

—¡Maldita sea! ¿Está actuando para engañarnos? Estaba justo delante. Sin embargo, ahora afirma que de repente se ha pasado del límite. ¿Me está tomando por tonto?

La expresión de Winsor se enfrió. Acechó y agarró a Gran Adivino por el cuello.

En realidad, estaba a punto de perder la cabeza.

«Jaime no sólo está lesionado, sino que además sus capacidades no son tan impresionantes como se rumoreaba. ¿Cómo es posible que haya llegado tan lejos en un abrir y cerrar de ojos? Bueno, a menos que tenga magia de teletransportación y pueda viajar libremente en el espacio. Pero es el reino secreto aquí. Incluso si tiene esa habilidad, ¡no puede usarla! A juzgar por eso, sólo hay una posibilidad: ¡el Gran Adivino ha estado diciendo tonterías y no puede adivinar la ubicación del hombre!».

Siguiendo la reacción del hombre, la cara del Gran Adivino se volvió negra como el carbón.

dudando de mis habilidades de

Maestro Adivino! ¡Winsor está

ese giro de los acontecimientos, Huro se apresuró a dar un paso al frente

pasado de la raya. Después de todo, el estatus de la Secta Adivinación en el reino oculto no era inferior al de la Secta de la Estrella Voladora.

demasiado ansioso, Maestro Adivino.

agachó y

era el señor de una secta, así que ya era suficiente con que admitiera su culpa y

realice otra adivinación para averiguar en qué dirección se había ido Jaime, Maestro Adivino. De lo contrario, estaríamos despistados, dando vueltas como pollos sin cabeza —dijo Huro

¡No puedo permitir que mi reputación sea

eso, el Gran Adivino se mordió el dedo y dejó caer tres gotas de sangre sobre las tres monedas de cobre

tres monedas de cobre empezaron a zumbar antes de volverse

¡Whoosh!

aire las tres monedas de cobre, que desaparecieron

frío le salpicaba la frente. Parecía que esta vez estaba

siendo transportado por el león

Adivino no pudo adivinar el paradero de Jaime, pues para entonces éste ya se encontraba

con fuerza, el Gran Adivino

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