Capítulo 134

Kathleen frunció los labios en silencio.

« Por qué me mintió Samuel? Me mintió para que pudiera comer en paz? No recuerdo que fuera tan amable».

-Come -le dijo Gemma-. Puedes comprar comida para llevar y entregarsela más tarde.

Kathleen inclinó la cabeza.

-La ensalada de quinoa de este restaurante es la bomba. Puedes comprarla para el -sugirió Gemma.

-Claro que si. – Kathleen no queria que Samuel pasara hambre y la esperara, ya que podria acabar en el hospital.

Después de la cena, Gemma llevó a Kathleen de vuelta al Grupo Macari.

Kathleen entró en el edificio con la comida en la mano

Gemma se volvió para mirar a su hermano.

– Benjamin, cada vez te separas más de Kathleen.

Benjamin permaneció imperturbable.

– Nada importa más que su felicidad.

La amargura surgió en el corazón de Gemma.

-Si esas cosas no hubieran ocurrido, seguirias siendo el amor de la infancia de Kate, y…

-Ya ha pasado. Vamos. -Benjamin habia aceptado la realidad.

Los labios de Gemma se adelgazaron.

Asi es la vida, y todo está grabado en piedra. Simplemente no estaban destinados a serlo.

-¿Con quién crees que acabara Kate? – preguntó Gemma-¿Samuel o Christopher?

Benjamin la miró de reojo.

-La elección de Kate es lo más importante, ¿verdad?

-Benjamin, Kate no elegirá a Christopher. -Gemma parecia segura de ello-. No puedo decir si todavia quiere a Samuel, pero;la has oído hablar de Christopher durante la cena?

Benjamin se puso rigido.

-La intuición de una mujer es muy precisa. -Gemma puso en marcha el motor-. No nos conoces bien.

Dicho esto, se alejó a toda velocidad.

Mientras tanto, Kathleen entró en el Grupo Macari.

Al verla, el guardia de seguridad le recibió con un cordial saludo:

-¡Srta. Johnson! ¿Ha venido a ver al Sr. Macari?

hizo un gesto con la

-¿Sigue aquí?

extras todos los dias -respondió

Kathleen se sintió avergonzada.

-Voy a subir ahora.

tomar el ascensor privado del director

una expresión de incomodidad, Kathleen

-Entendido.

optó por

llegó al último piso y

estaba muy

despacho de Samuel. La puerta estaba entreabierta y vio una pizca de luz a través del hueco. Con

en su silla con los

y

y peligrosos. Sus finos labios delataban lo cruel y despiadado que podia ser. Sin embargo, tuvo

Kathleen

Sus cejas se juntaron.

¿Por qué no responde? ¿Está

mano y se apresuro a acercarse a el. Agachándose, le

-Despierta, Samuel.

siquiera se

Kathleen se sobresaltó.

«¡Debe haberse desmayadolu

punto de llamar a

ese momente, una mano delgada pero enorme la agarró de la muñeca y le dio

si nada?

Samuel la rodeaban. Apoyo la barbilla

-No.

echó

Samuel soltó

Kathleen se levanto furiosa.

tenido la amabilidad de venir a visitarte!

le lanzó

fuiste tu la

se quedó

palabra antes, pero se habia olvidado de

y estaba a punto de echarme una Siesta cuando apareciste tu

No le estaba mintiendo.

labios de Kathleen se

He traido algo de comida para ti. Puedes comerla ahora. Me

sustalones y se dirigió a

repente, Samuel empezó

-Gracias-consiguió entre toses.

se detuvo de

gana, volvió con

de detenerse junto a él, le

-¿Cómo te sientes?

problema gruno Samuele. Estoy bien, asi que puedes irte ya. No es seguro viajar

seguir trabajando?

extras, de todos modos. -Samuel le lanzó una

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