Capítulo 96

Como alguien elegido para recibir un salario de millones, proteger a su jefe de beber demasiado se convierte en una habilidad indispensable.

Beatriz cubrió a Javier de unos tragos.

Javier, consciente de la tolerancia al alcohol de ella, tomó a Beatriz y se marcharon del lugar después de que ella bebiera algunas copas.

Como era de esperar, apenas subieron al auto, Beatriz, embriagada, se recostó en el asiento trasero y se durmió.

Ella llevaba puesto un vestido rosa que, a pesar de ser la última moda de este año, tenia un color bastante común y un diseño poco original. En cualquiera, seria un desastre

Sin embargo, en Beatriz, parecia radiante, como un peonia en plena floración, el rosa resaltaba su piel brillante y su cintura era tan fina que parecia no poder ser abrazada con ambas manos. Su cabello oscuro y abundante cala sobre un rostro excepcionalmente delicado.

Javier le pidió al conductor que los llevara a casa y se sentó junto a Beatriz, dejando el espacio de una persona entre ellos.

Javier no ajusto su asiento para ella. Beatriz, incómoda, se incliné hacia él, apoyándose en su pecho.

con frialdad: “¿Por qué

su mejilla contra él de

de una rosa de primavera, que se deshacen al más minimo

notó su traje negro manchado de base de maquillaje, lo que oscureció

Javier ebrio y fuera de control, escondiendo los objetos de valor y asegurando la

a su señor regresar cargando a su ebria

atento mayordomo Gabriel se apresuró a

conocimientos de judo, no tendría problemas en lidiar con jóvenes debilitados por noches en vela y comida a domicilio, y mucho menos en cargar a una dama escaleras

tarea pesada era algo que él

Gabriel con frialdad

brazos y

Gabriel subió y abrió la

pateó la puerta del

preguntó por qué la situación era diferente a lo que habla imaginado, y

toalla, escogió un desmaquillante de

y tras limpiarla, Javier pasó una toalla húmeda y limpia por

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255