Esta Vez, ¡No Perderé!

Capítulo 113

Lucrecia comió hacia Marcos al verlo con la cabeza envuelta en vendajes: “Hermano, te encuentras bien?”

La palidez de Marcos era tan evidente que parecia no tener ni una gota de sangre en su rostro.

Esa apariencia desafortunada era, en realidad, bastante cómica.

Peroni Lucrecia ni Camila podian encontrar lo graciosa que era esta situación al verlo en ese estado.

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Camila habló con los dientes apretados: No te lo dije? Mantente alejada de Javier, jalejado de Javier! ¿Por qué lo provocaste?” Marcos, con un dolor que le hacía hacer muecas, deseaba que le administraran otra inyección para el dolor.

En ese momento, el miedo que Javier le causó fue tan intenso que ni siquiera sintió el dolor.

que el efecto del anestésico comenzara a desaparecer, Marcos sentia cada vez más el dolor de cabeza. Su muñeca, aplastada hasta ser fracturada por

los ojos. “Mamá, jes un loco! Vino y me golpeó sin ninguna razón! ¡Queria

furiosa, exclamó: “Ese desgraciado! ¡Ojalá se hubiera ido al

funció el ceño: “Tia, ¿cree que le quedará

aclaró la

una cicatriz, considerando la cantidad de puntos que tenía la

un tratamiento para

Camila se rompió y su odio hacia

སྒྲ བ ན རྒྱུན

elegante, pero en realidad, era un verdadero

Javier, el nieto huérfano en la familia Mangone, fuera marginado y no recibiera cariño. Lo cual lo llevaría a una vida dura y a ser maltratado por Camila,

la realidad era que solo la marginación y la falta de cariño eran ciertas; el hecho de ser maltratado

los infligia. Era vengativo y

mayor de la familia Moseinco, bastante traviesos, lo golpearon bruscamente, dejándolo con el rostro hinchado y

al año siguiente, no solo rompió los dedos de Marcos y su primo, sinó también les fractura múltiples huesos, llevando a los médicos de la familia