Capítulo 114

El abuelo Pablo era el único soporte para Camila y su hijo. Si algo le pasaba al viejo, Javier no dudarla en echarlos a la calle.

“Ya te habla dicho que no te quedaras a solas con él en ningún lugar,” dijo Camila un poco enojada. “Acaso un perro se comló tu cerebro?”

Marcos se sintió muy injustamente tratado: “Realmente no busqué problemas con él… solo me encontré con su esposa y hablé un poco con ella. ¿Quién iba a pensar que él séria tan susceptible.como para golpearme de esta manera?”

Al escuchar esto, Lucrecia no pudo seguir conteniéndose y salió corriendo mientras lloraba.

Lucrecia siempre había sido muy sensible, pero para Camila, eso ya no era una sorpresa.

Después de todo, para ella, su propio hijo siempre seria lo más importante,

Camila se quedo sentada al borde de la cama, todavia molesta.

En ese momento, alguien toco la puerta.

pensó que era una

la persona que entró fue

se pegó contra el cabezal de la cama como si hubiera visto

Camila se

sonno levemente: “¿Cómo se encuentra el tio? Escuché que sus heridas eran graves,

cara de Marcos se

sus

no lo

cuerpo habian sido causadas

lastimado tanto si él no

por lo demás, se

fue un malentendido. Ver al tio tan herido me

somos familia, es normal que los jóvenes tengan sus peleas ¿Preguntaste

abuelo se está recuperando

le gusta ir a pescar al río. A veces, el viento le causa dolores de cabeza, pero no hay manera de convencerlo de lo contrario Necesito que hables con

Camila hablaba, Lucrecia

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