Trágame tierra. 

El rostro de Paul se volvió tan blanco como un papel, no dejó ni el más mínimo rastro de sus mejillas sonrojadas y me miró como si fuese un espanto, no esperaba en lo absoluto que yo estuviera aquí, si no hubiese sido por eso, no estaría en este momento pensando que mi primo tenía razón y que estaba tramando algo que en realidad, yo tenía mucho que ver. 

Tan pronto como pudo, finalizó la llamada con el mentado Sr. Richman, que hasta ahora, no tenía ni idea de quién es, pues por más que intentaba recordar no me sonaba ese apellido, puedo jurar que no lo he escuchado en mi vida. 

Cerré la puerta detrás de mí, dejando el ruido del otro lado, me encontraba cara a cara con Paul y no tenía más opción que responderme, yo escuché muy bien lo que dijo y cómo lo dijo. Sinceramente, no me gustaba para nada esta situación, menos viniendo de él. 

– Sarah, ¿qué haces aquí? Está haciendo un poco de frío, te vas a congelar con ese vestido, te presto mi chaqueta. -su tono de voz volvió a la normalidad, nada comparado a cómo hablaba hace unos minutos. Se iba a quitar su chaqueta, pero lo detuve levantando mi mano en modo de stop. 

– No tengo frío, solo quiero saber que estabas hablando de mí y con quién. -Paul se quedó paralizado en su lugar y solo fue capaz de acomodarse su ropa. 

Evidentemente, lo había tomado por sorpresa, parecía que no sabía que contestar y yo comenzaba a impacientarme. No quería desconfiar de él, mi amigo de toda la vida y el hermano de mi mejor amiga, pero no podía evitar malinterpretar su silencio. 

– Sari, no quería que lo supieras hasta que tuviera todo arreglado. -lo miré confundida y en silencio, sin entender de lo que estaba hablando, hasta que continuo después de hacer sonar su cuello. -Sé lo ocupada que estás y que estarás apartir de ahora con el proyecto de colaboración, así que me tomé la molestia de buscar el mejor bufete de abogados para la demanda de difamación en contra de esas mujeres. Lo siento por no decirtelo antes, pero sentí la necesidad de ayudarte con esto, si tú estás bien yo también lo estaré. – quedé atónita ante sus palabras y me cruce de brazos intentando entender porqué tanto interés de su parte para ayudarme con el caso. 

No había pasado ni una hora desde que todo el mundo se enteró de la demanda y Paul ni siquiera espero para preguntarme sobre ello, cuando ya estaba buscando abogados y diciéndole lo rápido que ganaría el caso, 

– Paul, no es necesario que te tomes la molestia de buscar abogados, todo ha estado bajo control desde un principio. En todo caso, debiste preguntarme primero antes de mover tus contactos, acabo de anunciar la demanda, podías esperar unos minutos para consultarlo conmigo, ¿no te parece? Además, ¿por qué tanto misterio? Abby me ha mentido sobre tu paradero, ¿cómo debería tomar esto? – hablé tranquila, pero por dentro me sentia decepcionada por los hermanos Dubois. Abby por mentirme y Paul por tomarse atribuciones que no le corresponden y a mis espaldas. 

– Le he pedido a Abby que mienta por mí, si hay alguien con quién debes enfadarte es conmigo, yo solo quise aprovechar la oportunidad y ayudarte lo máximo posible. Sari, discúlpame, he metido la pata. -Paul sonaba arrepentido y afectado, de pronto me senti mal por despreciarlo una vez más cuando, según el, solo quería ayudarme 

Solté un suspiro cansado y enseguida senti el frio en las partes de mi cuerpo que quedaban descubiertas por el vestido 

todo, ¿por qué haria algo en mi

solo cancela a cualquier abogado. ¿Vamos adentro? Hace frío. – di por finalizado el tema o me daria una jaqueca por tantos asuntos que

senti algo cubriendo mis hombros, no tardé en darme cuenta que se trataba de la chaqueta

el rostro de Abby palideció y sonrió con nerviosismo antes de darle un rápido vistazo a Paul, la dejé pasar porque después de todo es su hermana y por supuesto que le cubriría la espalda. Me encontré con la mirada confundida de mi primo al verme llegar con Paul de esta manera y negué levemente con mi cabeza, dándole a entender que no había nada de que

de Paul, le agradecí y no se separó de mí, ni

saludó con la mano en los brazos de mi madre y no pude evitar sonreír levemente

hombros, para tomarme de la cintura de una manera

– Alexander lo saludo de vuelta desde su lugar con un brillo en sus ojos, parecia incómodo con la mirada de pocos amigos que los

 

Paul, logrando que su agarre se deshiciera, lo miré cuando sus largos dedos se entrelazaron con los míos y bajo mi atenta mirada, dejó un fugaz beso en el dorso de mi mano, abrí mi boca para hacerle saber que no me sentia

atención de todos. Lo miré inexpresiva, esperando el momento que dijera que el proyecto se llevaría a cabo en New York y no en París cómo estaba programado desde un principio, ¿cómo iba a cambiar todo por petición de Alexander? Podíamos resolver las visitas de Tristán de otro modo, no haciendo que replanteemos el proyecto cuando estaba a nada de dar inicio. Miré al pelinegro y su escudriñante mirada no se despegaba ni un segundo de mí. -Mañana tendremos una cena de negocios dónde han sido cordialmente invitados los

me solté de un solo tirón de Paul y

hablar. Le di

por unos segundos en los que me miró con el ceño fruncido, no podia adivinar lo que

puede ser

año seria una tortura, no solo no estaria familiarizada con el área de trabajo donde se llevaría a cabo el proyecto, sino que tambien queria estar lo más lejos posible de todo aquello que me uraia amargos recuerdos y con personas tan desagradables, empezando por la Sra. Amelia, a

ante todos 

mañana, no hay prisa -respondió mi padre con calma, plantando la gran duda dentro de mi Una vez más, quiero felicitarlos por el gran

a la hora acordada en

Abby rechazó directamente el saludo de Alexander y besó la mejilla de Julián

peor que el otro.

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