Cita.
No recordaba la última vez que había tenido una cita, fueron tan pocas veces, que ya no existian aquellos momentos en mi
memoria.
T
.
Definitivamente, Paul se lució esta noche.
Había reservado un crucero con cena en New York, con vista a la estatua de la libertad. La vista era increíble, el ambiente de lujo y la
atención digna de una primera cita, no podia esperar menos viniendo de Paul.
Luego de cenar, brindamos con champagne por la primera vez que por fin salla con él después de tantos años de insistir, fingio estar
dolido por las incontables veces que fue rechazado por mi desde que volvi a casa, pero rapidamente cambió su dramática expresión a
una sonrisa auténtica, que me decia en mil idiomas lo feliz que estaba por mi compania.
No pude evitar reírme por sus ocurrencias, antes de tomar el primer trago de champagne.
El silencio reino por unos segundos, pero no era uno incomodo, más bien era como un momento en el que nos desconectamos del
mundo exterior para disfrutar al máximo de la vista, el champagne y la agradable compania.
La verdad, es que por fin me sentia relajada y sin preocupaciones de ningún tipo, estando acompañada de él, no pensaba en nada
más que en lo bien que la estaba pasando y lo mucho que me hacia lalla un escape de todo y todos.
No me había dado cuenta de cuánto lo necesitaba.
Pero como no todo es perfecto en la vida…
– Entonces, ¿ya me vas a contar? ¿Qué es lo que ha pasado con Alexander? ¿Ya sabe de Tristán? – preguntó acercando su su silia
hacia mi. Estaba acabando con el ambiente de pai, al recordarme el incidente en la salida del evento.
Bebi lo que quedaba de mi tercera copa de champagne y me acomode en mi lugar, antes de tomar una bocanada de aire.
– Más o menos. -respondi mirándolo fijamente y su curiosa mirada se clavó en la mia. Después de todo, le dije que le contaria lo
que estaba pasando. – Michelle Boyer le habló sobre mi hijo, pero teniendo en cuenta que ella sabe muy poco sobre Tristán, sabrá Dios
cómo se lo ha contado, ahora piensa que mi hijo es de cualquier hombre y me lo reclama como si le afeclara, no es capaz de sospechar
que es suyo, ni siquiera cuando trate de insinuarlo, la ira no lo deja analizar la situación con claridad. -me burlé, al recordar lo
increiblemente lento que fue.
Ya veo. -respondió Paul y soltó una risita, se estaba burlando de Alexander. –¿Se lo vas a decir algun dia?
segundos en los que estuvo
el padre, tiene derecho a conocer a su hijo. Preferiria mil veces que Tristán se mantuviera
diré en el desfile de
muy poco agradable, es imposible hablar con él estando tan
parte de aquella llamada que me dejó helada en su momento y
se lo vas a decir? -preguntó incrédulo y lo miré confundida. ¿Acaso no escuchó
obvio y solto una risa sin gracia. –Después de todo, después de lo que
permitir que se acerque a Tristán? No me parece
lal vez no sea
una egoista,
estás diciendo esto? Alexander es el padre y tiene derecho a saberlo. He tomado la decisión de decirselo, y si, voy
acerque a Tristán, si él asi lo desea. -respondi, creando un ambiente de
molestó que reaccionara de ese modo, por más daño que me hayan
estaba tan lastimada, tan
de esa familia, cuando era todo lo contrario. En un futuro podria recriminarme por
que creciera sin su padre y eso me
segundos y miro a través de la ventana mientras se pasaba las manos por su castaño cabello, luego, volvió a mirarme más tranquilo y asintió con su cabeza
la noticia me ha tomado desprevenido. Sabes cuánto adoro a Tristán y quiero lo mejor para él y para ti. –bajé la guardia al notar la sinceridad en sus palabras, aunque
miré su mano que
copa de champagne para ambos, pero antes de tomarla,
y no pude evitar sentirme
quiero hacerte sentir incómoda, ‘no es mi intención, quiero que conmigo te sientas libre, despreocupada, creo que lo
meteré en ese asunto, a menos de que me lo
Paul abrió la caja y dejó
y pequeños
tan sencillo, pero tan hermoso, que hace querer mirarlo por horas y cuidarlo como lo más valioso. Esta
recordo a tus ojos, con esa mirada encantadora y a veces llena de complicidad. Nadie más
tú.
esperaba en lo absoluto que Paul me
todo, con aguellas palabras que salieron tan
no debiste molestarte. -dije con un
en toda mi vida y ese era mi padre, por lo que me parecia un poco
como ese.
y se acercó, para ser más exactos, se quedó
mucho cuidado, sus dedos rozaron mi nuca y mi piel se erizó por el contacto, al mismo tiempo que
ofreció su mano para ayudarme a levantar de la silla, no sabia cuál
mano no solto la mia en ningún momento y
soltara.
para lo que mereces, es nuestra primera cita y quería hacerla lo más especial posible. Ahora
dedos se deslizaban por mi brazo derecho causándome
llegaron a mi
miraban fijamente. Su mano libre me tomó con suavidad por la cintura, acercardo mi cuerpo un poco al suyo, quedando a solo escasos centímetros, donde su respiración se mezclaba
o si debla detenerlo antes de que hiciera algo, de lo que
mañana nos arrepintamos.
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In Chapter 44 of the Heredera divorciada Novela de Juliany Linares series,Sarah petit and Alexander Lancaster were married after many years, but Alexander's indifference tired her. Alexander is a great businessman but he is indifferent to people. Now the two are divorced and the thing Sarah is worried about is the baby in her belly,....... Follow Chapter 44 and the latest episodes of this series at Novelxo.com.
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