Un año de colaboración, 

Pasé la mañana en mi habitación jugando con Tristán, aprovechaba el mayor tiempo posible a su lado, compensando las horas de 

ausencia gracias al trabajo. 

. La puerta de mi habitación se abrió y Abby entro aún con su pijama. 

-La tia Abby está aqui. -dijo animada mientras se lanzaba en la cama, cerca de Tristán. 

— ¿Por qué no te has cambiado?–pregunté mirándola divertida, parece que acababa de levantarse, se nota en su rostro som noliento. 

– Bueno, no tengo mucho qué hacer hoy, además, tu padre esta muy ocupado con la Sra. Boyer, espero que la eche a patadas, podrá ser muy buena trabajadora, pero se ganó a pulso su despido. -alcé mis cejas sorprendida y miré la hora en mi celular, las once. Pensé que mi padre iba a esperar para firmar el contrato de la colaboración y luego le pediría su renuncia. -Por cierto, ¿qué tal la cita con 

mi hermano? No los escuché llegar, debieron pasarla muy bien, porque Paul está de muy buen humor. 

De inmediato recordé el beso de anoche y lo poco que hablamos de regreso a casa, yo iba sumergida en mis pensamientos y 

rogando porque ese beso no arruinara la amistad que teníamos de tantos años. 

-Sí, la hemos pasado bien, ya sabes cómo es Paul. —respondí sin entrar en detalles, porque si le decía que nos besamos, iba a pegar el grito al cielo. 

Me levante de la cama y me puse mis sandalias, iba a ir al despacho de mi padre para confirmar lo que Abby dijo, se me hacia extraño 

que no me haya llamado antes. 

-¿Nada más? No hay detalles para tu mejor amiga, no me hagas esto Sarah, ¿no te compadeces de mi?-me rei por su dramática 

escena, mientras abrazaba a Tristán como si fuera un muñeco. – Tristán, dile a tu madre que muero por saber aunque sea a dónde fueron, ni siquiera Paul quiere contarmelo, son unos traidores. 

– No, tía Abby, no. –mi risa aumentó al ver a Tristán reclamándole a Abby mientras movia su pequeño dedo índice de un lado a 

otro. 

– Pequeño traidor, aún asi te quiero. -Abby atacó a Tristán con besos en su rostro y mi hijo se reía a carcajadas. 

– Abby, no ha pasado nada que debas saber. Iré a ver a mi padre, no sé porque no me ha llamado para tratar el caso de Michelle. – 

a Tristán, alejándolo de Abby y le arreglé la

en la cara de esa arpía por tomar

traía puesta. -Pero primero, voy a cambiarme, te alcanzo en un momento. -salió

con mi cabeza.

le encanta ver el mundo arder,

el suelo para que

a Michelle por

y luego de unos segundos, la puerta fue abierta por mi padre, me miró sorprendido por mi inesperada presencia con mi hijo y noté un

dejarme pasar a su despacho, aunque podia ver claramente a Michelle dentro del despacho,

estoy tan involucrada en esto como la Sra. Boyer.

et mistao me dijo que me llamarla-cuando

frente con sus dedos y después de unos segundos, me dejó el camino libre para que entrara al despacho. Junto con Tristan, me adentré a la oficina y me guedé estupefacta al ver que no solo estabá Michelle dentro del lugar, sino también el representante de Ingova, Julián Ferrer y también…

su pequeño dedo al pelinegro sentado en el sofá individual, quien miró con el ceño fruncido al pequeño niño que

Hombre malo? 

a mi bebé sin su helado, y aparte, le lanzó una mala mirada haciéndolo

su estúpido pantalon se manchara.

Esto es increible. 

haberme imaginado, no se me pasó por

a imaginarme que este día estaríamos los tres en el mismo lugar

atemorizó! Tristán le tenía miedo

en mis brazos y escondió su cabeza en el hueco mi cuello, como si no quisiera ver a aquel hombre, que me miraba con

intimidada y muy nerviosa. -No tengas miedo, él no te hará nada, yo no

confianza de nuevo, pero es evidente que le afectaba estar

ahora tenia que buscar algún modo para que deje de temerle. Es su padre y en algún

conocerse. 

bien? —preguntó mi padre en un susurro, cuando se acercó a mi

empeñó en entrar al despacho. ¿Por qué no me dijeron que él estaba aquí? —Lamento la interrupción, ella es mi vicepresidente, Sarah. Sarah, él es el Sr. Ferrer, presidente de

estuvo ausente las dos primeras noches de

lo veía en persona y debo admitir que lucía más alto y serio en persona, no sabía su

jóvenes empresarios. 

gracias por venir. -me sonrió en respuesta dejando a la vista un par de

mío, es un honor para mi estar aqui. -dijo con voz profunda y muy varonil. —

en

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