Traición.
Quince minutos llevaba estacionada a las afueras de Lancaster Collection, cada vez que tomaba valor para entrar de una vez por todas, volvían los pensamientos negativos.
¿Y si no lo quiere?
¿Y si se enoja conmigo?
A la mierda todo, no tenía porqué tener miedo, si no lo quiere, le daré amor doble a mi bebé, y si se enoja, que se enoje, ambos somos responsables de este inesperado embarazo, somos una pareja “felizmente” casados, somos adultos maduros y conscientes.
Tomé una bocanada de aire y salí de mi auto con la pequeña caja de regalo en mi mano, los nervios estaban a flor de piel, sentía los latidos de mi corazón en mis oídos, ¿cómo es que esto puede ser tan complicado?
No, la verdadera pregunta es, ¿por qué hago esto tan complicado?
Es tan simple llegar a su oficina, saludarlo, entregarle la caja de regalo y esperar su reacción.
Espero que sea tan sencillo como eso.
Me escabullí entre los trabajadores que iban desesperados y estresados de un lado a otro, la empresa siempre se volvía un verdadero estrés cuando estaban por lanzar una nueva colección.
No me tomé el atrevimiento de anunciarme, porque quiero que todo sea una sorpresa. Entré al elevador cuando estaba apunto de cerrarse y me acomodé en una esquina mientras miraba mi celular para que el cabello cubriera mi rostro y las personas a mi lado no me reconocieran.
Puede que parezca tonto, pero sentía que si alguien se daba cuenta que estaba en la empresa, le avisarían a Alex y la sorpresa se arruinaría.
Pequeños detalles que para mi son importantes.
La única prueba que me faltaba por pasar, era la de su secretaria, aunque corrí con suerte cuando no la encontré en su lugar al llegar al piso de presidencia.
Bueno, ya estoy aquí y no hay marcha atrás.
mi corazón dio un vuelco mientras rogaba que esto fuera un malentendido, que aquellos gemidos
dar media vuelta e irme de ahí, intentando convencerme que no era lo que pasaba por mi cabeza, pero vi a la secretaria
entré sin dudar, encontrándome con la
mi garganta, pero era imposible, no podía creer lo que estaba viendo, ¿cómo si quiera se me pasó por la mente
teniendo sexo con
padres, los que conocí hace años en una clase compartida en la universidad, ese par de personas que no merecían ser llamados esposo
de inmediato, como si ya no los
primero que me preguntó Alexander
aquí? Esa era una buena pregunta y tenía la respuesta más hermosa, al menos para mí, pero después de encontrarlos
¿Qué hago aquí?
que se volvió tan frío conmigo, al que dejé de
de ese hombre por el
yo, aguantando todo esto, su indiferencia, las humillaciones de su familia, su infidelidad,
en el poco interés de su parte hacía mí los últimos meses. Las lágrimas nublaban
me lo impiden, lo mejor que podía hacer era dejar esto hasta aquí, no le iba a reclamar nada a ninguno de los dos, tampoco quería escuchar las explicaciones, si es que querían excusarse, aunque por la expresión de enojo de Alex y la casi inexistente sonrisa burlona de mi “amiga”, sabía que no
la secretaria que había llegado quien sabe en
se disculpaba porque acaba de meter la pata y probablemente, el error de dejar que yo siguiera hasta la oficina del señor, le
sin gracia y
era un buen momento para dar la noticia de mi embarazo, tampoco creo que lo sea mañana, ni en una semana, ni en un mes o un
apenada conmigo y se dio media
subía los pantalones, Rachel por su parte, se puso de espaldas para vestirse
Vergüenza debería darles.
ni en ningún otro lugar, vamos a ahorrarnos todo esto, es más que evidente que dejaste de quererme, si es que alguna vez lo hiciste, este matrimonio no tiene sentido, prefieres las caricias de otra antes que la de tu mujer, juraste amarme y respetarme, pero ese juramento te quedó grande. Te dejo libre para que
el corazón roto en miles de pedazos y las alas destrozadas, lo único que me mantenía fuerte y con la frente en alto, era mi hijo que crecía en mi vientre, la única persona que se merece que le entregue todo mi
al elevador escuché la voz femenina de aquella mujer que una vez le llamé mejor amiga, a la que le confíe hasta lo más íntimo y terminó siendo más falsa que el hasta que la muerte nos separe de
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In Chapter 3 of the Heredera divorciada Novela de Juliany Linares series,Sarah petit and Alexander Lancaster were married after many years, but Alexander's indifference tired her. Alexander is a great businessman but he is indifferent to people. Now the two are divorced and the thing Sarah is worried about is the baby in her belly,....... Follow Chapter 3 and the latest episodes of this series at Novelxo.com.
Heredera divorciada Novela de Juliany Linares NOVEL Chapter 3
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