Capítulo 1893

En el hospital de la ciudad, en una habitación.

Olivia estaba recostada en la cama del hospital, envuelta en vendajes blancos de pies a cabeza, excepto por sus ojos y nariz. Detrás de su cabeza, dos almohadas suaves la sostenían mientras fijaba la mirada en la televisión colgada frente a ella.

Félix llegó para traerle algo de comer.

Ella no hizo ningún comentario sobre las noticias que pasaban en la televisión.

Tomó el vaso que él le extendía y metió la pajita en su boca para sorber un poco de atole.

“Pues sí que pusieron en un aprieto a la directora del orfanato, no es fácil mentir frente a tantos periodistas.”

Félix respondió en voz baja, “No es que haya mentido.

Ella esbozó una sonrisa y volvió a mirar la pantalla de la televisión.

Dentro de esa confusión de imágenes, su mirada se fijó en un niño que permanecía quieto detrás de la puerta del orfanato, con una expresión indescifrable.

Una sombra cruzó su mirada y dejó de mirar la pantalla.

Félix apagó la televisión y preguntó, “Señorita, ¿hay algún lugar al que le gustaría ir? Podría organizar algo estos días.”

“¿Organizar qué?”

“¿Seguirás quedándote en la Ciudad P? Me parece que no querrías volver a ver a ciertas personas de aquí.”

“Acabo de gastar una gran cantidad de dinero en una casa.”

Félix suspiró, “Se podría vender de nuevo.”

“No es necesario complicarse tanto,” dijo Olivia con toho sereno. “No quiero verlos, pero tampoco hay razón para que yo tenga que evitarlos constantemente.”

¿Solo porque ellos querían, ella tenía que dejar su nueva casa y abandonar la escuela? Su vida libre apenas comenzaba, ¿por qué tendría que renunciar a todo eso por ellos?

Félix se quedó confundido por un momento antes de asentir, “Está bien.”

Las heridas de Olivia eran graves, no era exagerado decir que su esqueleto estaba destrozado.

Envuelta como una momia, era difícil para una jovencita que empezaba a preocuparse por su aspecto. A Olivia le importaba un poco su belleza, pero más que nada, era su orgullo el que sufría al verse en tal estado lamentable.

Afortunadamente, aparte de Félix, nadie más venía a visitarla.

Después de más de un mes en el hospital, y bajo la insistencia de Olivia, Félix no pudo más y accedió a

que se recuperara en casa.

Gracias a su juventud, se recuperó bastante después de tres meses.

Félix la obligó a quedarse en casa por unas semanas más y finalmente Olivia fue autorizada para volver

1/4

15.12

a la escuela.

Al llegar, los niños estaban sorprendidos.

atrevieron a preguntar por qué seguía viva.

lágrimas, “El mismísimo diablo dijo que el mundo no podía estar sin mí, así

pero por su

ya no

la escuela, comer, beber, jugar y cuando no había nada

Félix iba viento en popa y

se permitió pedirle un capricho a Félix y así obtuvo su propia biblioteca, con café, dulces y

tanto por el negocio, sino por su propio placer. Todo estaba diseñado a su

atrajo a mucha gente.

y comenzó a expandirse por la Ciudad

vida era tranquila y

un lugar lejano y sin

Sin más menciones.

pero con el tiempo, dejó de

de todo, si quería encontrar a Ava, solo podía llamar al orfanato.

quería un respiro de

vivir cada quien

de Olivia a la perfección, lo que pidiera y hasta lo que no, si los demás lo

también debía tenerlo.

de los deseos que Ginés

esquina de la ventana de su habitación, acumulando

la Universidad San Rajoy de la Ciudad P, especializada en finanzas internacionales y entre

se paseaba con sus jeans sencillos, camisa blanca y el cabello recogido en un moño

atuendo era común, como

miradas que se posaban en ella

algo en su

2/4

15:12

que sobresalía de su camisa, sumado a

modelo de teléfono en su mano, aparentemente llevaba un rato

misma, no

con un “vale” corto y guardó

parecía ser alguien difícil de tratar, nadie se le acercaba

estudiantes corrían a los dormitorios a buscar un buen lugar, no muchos iban a las aulas. A ella le venía bien, esperaba ocupar uno de los mejores

cosas la hacían feliz.

la universidad no era gran cosa para ella; conseguir un buen lugar en el aula era un mayor motivo

que parecía natural en

se desvaneció justo cuando giró su mirada.

de distancia, un hombre la observaba y se

casi nueve años, uno esperaría un

podía reconocerlo de inmediato?

su mirada y caminó

desentendida.

hombre sin darle

recta y labios ligeramente fruncidos, mantenía una expresión

a su lado con tal indiferencia, su rostro impasible

la espalda de la chica, abrió la boca, pero no

y con éxito tomó el asiento deseado junto a

libros, se sentó, observó el paisaje y el ir y venir de estudiantes y padres, hasta que apoyó la barbilla

“Qué karma,”

se congeló en su mente.

tan segura de que era él

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255