La Heredera del Poder

Capítulo 24

“De nada, aqui te traigo algo para comer, tómalo. Por cierto, ¿dónde está tu familia?”

El niño pequeño sacudió la cabeza. “No lo sé, sali solo.”

“Es muy peligroso que salgas solo, ¿qué tal si te acompaño a casa?” Propuso la joven con el vestido blanco.

El niño asintió con gratitud. “Gracias, señorita.”

Roberto observaba la escena conmovido y no pudo evitar ralentizar su paso.

El encargado al ver a Roberto asi de obnubilado, rápidamente le pidió a su asistente con astucia: “Investiga a esa joven.”

“Entendido,” respondió el asistente con respeto.

Pronto, la muchacha con el vestido blanco se perdió con el niño entre la multitud, y Roberto retomó su

camino.

“Sr. Roberto, por favor.” El hombre al lado de Roberto respetuosamente le abrió la puerta del coche.

Roberto subió.

El hombre, al leer el mensaje que le había llegado de su asistente, sonrió de forma aduladora a Roberto y dijo: “Sr. Roberto, la jovencita que vimos en la entrada se llama Yolanda, es la hija recién reconocida por la familia Muñoz.”

Roberto se sorprendió.

¡Así que era ella!

de extrañar que le pareciera tan familiar.

la imagen de Yolanda se había deteriorado mucho para Roberto, pero al parecer, las cosas no eran como él pensaba.

haber algún malentendido.

por un niño mendigo querer romper un compromiso por

darle vueltas

del mercado, Sofía ya estaba en la cocina

mano de Sofía diciendo. “Mamá, tú

no es trabajo para

y Gabriela

cocina.

de cocina en la familia Muñoz, no me

la protagonista original no sabía

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habilidad culinaria de Gabriela había sido forjada en su vida anterior.

Sus platos no solo eran deliciosos, sino que también tenían otros efectos

lavo las verduras,” dijo Sofia tomando las verduras que

destreza, y pronto, la cocina se llenó de un aroma

sorprendió al ver que Gabriela realmente tenía ese talento.

la tarde, Gabriela llegó a la

estaba absorto escribiendo algo, estaba tan concentrado que no se dio cuenta

Gabriela lo saludo.

la mirada y se encontró con sus brillantes y encantadores ojos. Se quedó paralizado por un momento

nieve, labios rojos y unos

la vez en su vida que veía a una chica

reina del baile de su escuela