Capítulo 37

La hermana Solares frunció ligeramente el ceño y murmuró en voz baja: “Gabi, mejor cede un poco…”

Si de verdad llamasen a Linda, eso no tendría fin. Entonces, no solo Gabriela tendrá que pagar, sino también disculparse.

Esas tres personas claramente estaban buscando problemas con Gabriela.

Rosa soltó una risa suave y dijo, “No tienes ni la menor capacidad de juzgar la situación, no es de todavía

extrañar que solo puedas ser mesera. Te lo digo claro, si te disculpas ahora con nosotras ”

puedo perdonarte. Pero una vez que llegue tu jefa, tú misma tendrás que pagar la cuenta.”

Un par de cientos de dólares, para Rosa, que era una heredera de una familia adinerada, no era nada.

¡Pero para Gabriela, eso era una suma enorme!

“Gabi.” La hermana Solares tiró de la ropa de Gabriela otra vez, “No seas terca, hija, ¿qué te cuesta pedir disculpas?”

La hermana Solares también lo hacía por el bien de Gabriela.

Dos cientos o trecientos dólares era el sueldo mensual de Sofía.

Si Gabriela siguiera sin disculparse, habrá trabajado el mes en vano.

Pedir disculpas, inclinar la cabeza, ¿no era mejor cortar las pérdidas a tiempo?

Gabriela bajó la mirada hacia la hermana Solares y dijo, “Señora Solares, no se preocupe por mí, llame a la dueña, por favor.”

Gabriela tan obstinada, la hermana Solares

se la ofreció a Gabriela con voz suave: “Gabriela, esta es mi tarjeta, la contraseña son seis seises. Tómala para pagar la

parecía como una hormiga luchando por su

momento, Gabriela

dijo. “Gracias, no es

no esperaba que Gabriela fuera tan desagradecida, su sonrisa se endureció por un

sintió que Gabriela realmente habia cambiado,

en el pasado, Gabriela seguramente la habría

manos.

pudiste equivocarte al tomar

dueña, Linda naturalmente no querría ofender a los clientes.

negocio, el servicio es

hablar, Linda se disculpó con Lucia, “¡Lo siento mucho,

bebía su té con la cabeza baja, con una actitud de superioridad, ignorando por

dijo, “Gabi, pide

esto primero.” Gabriela

después, voces de una conversación comenzaron a sonar desde el teléfono.

una ronda de cada

tanto, dudo que ustedes tres chicas puedan terminar con todo.”

digo que sirvas, ¡sirves!…

que Gabriela hubiera grabado la

se volvió un poco incómodo.

Yolanda comenzó a sentirse

la intención de poner a Gabriela en su lugar, pero resultó que Gabriela les habia tendido una

soportar tal

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