La Heredera del Poder

Capítulo 38

Ella hizo una pausa y con su delgado dedo indice tocó su sien y terminó la frase, “La próxima vez recuerden ser más inteligentes, porque mi madre no me permite jugar con idiotas.”

“¡Tú!” Lucia, incapaz de contener su ira, extendió su mano izquierda intentando abofetear a Gabriela.

Pero Gabriela se inclino ligeramente y así esquivó la mano de Lucía.

Debido a la fuerza excesiva, la mano de Lucia terminó golpeando el tronco del cedro detrás de Gabriela.

“¡Paf!”

Rosa se asustó y dijo. “Luci, ¿estás bien?”

“Duele…” Lucia tenia lágrimas en los ojos por el dolor.

Ante esa escena, Gabriela no pudo evitar comentar con sarcasmo, “Parece que hay idiotas todos los años, pero este año en particular…”

Dicho eso, se dio la vuelta y camino hacia la tienda.

Lucia, viendo cómo Gabriela se alejaba, apretó los dientes furiosa y gritó: “¡Perra! ¡Ya verás!”

Ella estaba decidida a hacer que Gabriela pagara.

Un brillo vengativo apareció en los ojos de Lucía.

En la tienda, la Hermana Solares vio entrar a Gabriela y rápidamente se acercó diciendo: “¡Gabi, bien hecho!” Pensé que tendrías que tragarte el orgullo esta vez, pero resulta que tenías un as bajo la

manga.

Gabriela remangó su manga con calma, mostrando una pequeña porción de su delicada y claral muñeca, “Una nimiedad.”

Solares continuó: “Por cierto, ¿conocías a esas tres

con la cabeza, “No las conozco.”

qué te estaban molestando?” preguntó la hermana

y dijo, “Probablemente están celosas de mi

jera

hermana Solares se rio a carcajadas con

diciendo la verdad: Gabriela era realmente hermosa, con

del trabajo, Sergio fue a recoger a

noches recientes, Sergio se dirigió instintivamente en esa

vamos al

qué?” preguntó

apostando no es una solución a

buena

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Capitulo 38

como desperdiciar

Sergio y le dijo. “Tio, a partir de ahora también tienes prohibido

y preguntó. “¿Por qué?”

los mayores quienes controlan a los más jóvenes.

sobre un mayor, y además

que no fuera, él realmente no se atrevia a ir…

buen lugar, hay que tener ambición y no depender del juego. Además, ¿cómo una chica tan hermosa como yo podría ir al casino? ¡Si alguien me ve alli, daria

como si la persona que había estado actuando en el casino las noches

notado que su sobrina Gabi tuviera

puesto de tacos en la calle y dijo. “Alli venden tacos, vamos

unos cuantos.”

no tuvo más remedio que ceder y dijo, “Está