La mamá de mi hijo será mi mujer

Capítulo 4

Capítulo 4 ¿Estás soltera, bonita?

«¿Hmm?» Tessa se quedó un poco aturdida y no fue capaz de dar una respuesta inmediata.

—Señorita, quiero que me cargue —repitió el pequeño, esta vez con un poco más de énfasis mientras miraba a Tessa con los ojos muy abiertos, que estaban iluminados con un brillo infantil.

Al ver lo entrañable que era, ella sintió que se le derretía el corazón y lo levantó de inmediato. Era como sostener un bulto blando y, mientras lo llevaba, podía percibir el tenue aroma a polvo que desprendía y que le hacía desear acariciar su regordeta mejilla. Para su sorpresa, se encariñó con el niño mientras sonreía y decía con voz suave:

—Oye, pequeño, gracias por defenderme. —Sin él, nunca habría podido limpiar su nombre. Pero viéndose imperturbable, el niño sacudió la cabeza y dijo con aire de picardía:

—De nada. Hice lo que tenía que hacer. Además, odio a las mujeres hipócritas como ella.

Al escuchar eso, Tessa se entretuvo tanto que se rio.

—¿Sabes lo que significa eso?

Asintió, con su rostro regordete y muy sombrío mientras respondía:

—Por supuesto. Mi tío me dijo que una persona hipócrita es alguien cuyos actos no coinciden con sus palabras.

Los ojos de Tessa se curvaron en dos medias lunas.

impresionada. Eres un niño muy

ojos delataba su felicidad incluso cuando intentaba actuar con indiferencia. Al final, apretó los labios para no sonreír, lo que sólo lo hizo

repente, apretó más al niño, con su amor maternal estaba desbordando. Estaba

señor Gregory, el banquete está a punto de comenzar. Debemos irnos ya, o el viejo

oír eso, y

que te he ayudado antes, ¿podrías llevarme hasta mi papá? Estoy cansado y no

Tessa se mostró algo dubitativa al señalar—: Pero todavía tengo que prepararme para la actuación, y además, acabamos de conocernos. No sería apropiado que

fuerza a ella

violín, guapa? —preguntó. Sus ojos se pusieron del tamaño de platillos cuando se le ocurrió una brillante idea, y miró a Tessa

niño miraba con brillantes ojos

bien, entonces.

pues su suave cuerpecito se desplomó contra ella mientras sonreía con satisfacción. «Esta bonita dama tiene un abrazo muy cálido, y

—¿Estás soltera, bonita?

inmediato, mirando al niño con afecto. Empezaba a

casarte con mi papá y convertirte en mi

«¿No es el padre de este pequeño Nicholas

un hombre de proporciones legendarias en el mundo de los negocios, con una tenacidad a la altura de su formidable reputación, por

ahora que el pequeño lo ha mencionado…»

—¿Y tu mamá?

los ojos empañados—: Quiero que seas

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